Los mercados tradicionales siempre han sido el corazón de los barrios, con sus puestos de mármol, su trato cercano y ese aroma a fruta madura que promete autenticidad. Pero en 2025, lo que antes era un símbolo de vida vecinal empieza a sonar a reliquia. Pero muchos se preguntan de qué sirve tanto encanto si nadie puede comprar cuando está abierto.
La cocinera Gessamí Caramés, popular por su presencia en los programas de cocina de TV3, ha lanzado una reflexión que ha encendido las redes: “Los mercados todavía son demasiado patriarcales".
La frase, dicha sin estridencias, ha golpeado donde duele: en el horario imposible que hace que la mayoría de trabajadores llegue siempre tarde al mostrador, algo de lo que difieren los paradistas, que subrayan la gran disponibilidad horaria de sus tiendas.
Mercados premujer trabajadora
Caramés critica en una entrevista a ElNacional que los mercados siguen funcionando con la mentalidad de hace medio siglo, cuando las mujeres no tenían empleo fuera de casa. “Están pensados para amas de casa”, señaló, subrayando que abren cuando la ciudad trabaja y cierran cuando por fin hay tiempo libre. La rutina moderna y los puestos de pescado, parece, viven en universos paralelos.
Hacer la compra en el mercado se ha convertido en un acto de resistencia. Entre jornadas partidas, horarios escolares y tráfico, conseguir pescado fresco antes del cierre es casi una proeza. Los supermercados modernos, en cambio, abren hasta tarde, reparten a domicilio y no esperan a que la nostalgia se despierte del todo.
@elnacionalcat 🟢 ENTREVISTA | Gessamí Caramés: "Els mercats funcionen d'una manera massa patriarcal" ➡️ Conversem amb la mediàtica cuinera de 'Cuines' i xef del restaurant Meleta de Romer 🔗 Llegeix l'entrevista sencera a ElNacional.cat ✍️ Jordi Tubella #LaGourmeteria #ElNacionalcat #Entrevista #GessamíCaramés #Cuines3Cat
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La chef no carga contra el mercado como institución, sino contra su incapacidad para evolucionar. El inmovilismo romántico es cómodo, pero condena a la irrelevancia. Defender la tradición no debería implicar excluir a las generaciones que ya no viven al ritmo de los años 60.
Muchos paradistas le reprochan a la cocinera los horarios de apertura incluso en fin de semana. También, la falta de jóvenes entre los clientes, pero pocos se preguntan por qué. La respuesta es simple: no pueden ir. Si los mercados públicos quieren sobrevivir, deben adaptarse a la vida laboral real y dejar de funcionar como si el tiempo fuera patrimonio de unos pocos.
En una sociedad que presume de avances en conciliación, los espacios más ligados a la cocina familiar siguen siendo los menos conciliadores, según la visión de esta cocinera para la que resulta paradójico y revelador que los mismos mercados que alimentan hogares sigan operando bajo un sistema que vive en el mundo de las amas de casa.
Foto | TikTok/ElNacional
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