Una mazorca, cuatro dátiles, dos mangos y unos cuantos plátanos; precio total: 72 euros. Una suma tan elevadísima que hasta en la tienda más lujosa del barrio más exclusivo de una gran capital sería desmesurada. A las turistas españolas que se encontraron con semejante ticket al hacer una frugal compra en Madeira (Portugal) simplemente les entró la risa.
A nadie le hace gracia sentires estafado, pero la situación era tan rocambolesca que es fácil verse en el mismo lugar que las protagonistas del vídeo de TikTok donde han compartido sus andanzas por la isla portuguesa. Un grupo de amigas estaba de viaje en Madeira y, como cualquier turista, pasaron por el famoso Mercado dos Lavradores de Funchal. Un mercado por el que casi es mejor limitarse a mirar y sacar unas cuantas fotos, salvo que hagas un concienzudo estudio de los precios de los vistosos puestos.
Convertido en un gran reclamo turístico de la isla, este mercado se ha ganado fama en los últimos años por ser la típica trampa para turistas, con muchos puestos que inflan los precios a frutas tropicales y productos exóticos y locales, con escasa transparencia en los mismos. Hasta que llega el momento del pago y te llevas un buen susto.
Es lo que le sucedió a esta española, propietaria de la tienda de moda Flamantes shop en Isla Cristina, cuando recibió el importe de su pequeña compra que apenas sumaba algo más de media docena de frutas. Un shock inesperado ante el que no supo reaccionar al momento, limitándose a pagar para después repasar el incidente con sus amigas en un estado entre la estupefacción y las risas.
“¿Qué te he dicho? Cien pavos, es que estoy segura”, le comenta una amiga, mientras la protagonista repasa todo lo que ha comprado. “Cuanto te he visto pidiendo 'un plátano de cada clase' digo, ya el remate”.
@flamanteshopp Queríamos hacer macedonia de frutas 🍇 🍈 🍋🟩 #mercadofunchal #funchaldemadeira✌️😘😍🥰 #madeira #mercadodoslavradores
♬ sonido original - flamanteshopp
Pese a que todavía hay lugareños que van a comprar al Mercado dos Lavradores, este se ha convertido en una atracción turística de primer orden que muchos vendedores aprovechan para sacar mayor beneficio, no sin generar pocas críticas tanto de visitantes extranjeros como de los propios vecinos.
Inaugurado en 1940, lo que sí conserva el mercado es su belleza arquitectónica, decorado con grandes paneles de azulejos de cerámica, y todavía es posible comprar especialidades locales a precios más o menos razonables. Pero hay más mercados y puestos callejeros repartidos por toda la isla donde fácilmente se encuentran los mismos productos mucho más baratos. Y sin tanta masificación turística.
Imágenes | @flamanteshopp