No se pueden introducir objetos metálicos en el microondas; esta es la primera regla que todo el mundo, teóricamente, conoce. Se supone que pueden saltar chispas e incluso explotar, pero el motivo puede que no lo tengamos tan claro. Por eso choca la advertencia que encontramos en el propio microondas, indicándonos la importancia de calentar los líquidos con una cucharilla corriente dentro. Y sí, se incluyen las de metal.
Esta recomendación puede aparecer en una pegatina visible al abrir el propio microondas, o simplemente en el manual de instrucciones, ese libro misterioso que a menudo ignoramos o leemos por encima al comprarlo sin prestar mucha atención, quedando perdido en algún cajón. Los manuales no solo nos enseñan a usar un aparato, también son importantes para conocer las precauciones de seguridad, que no siempre resultan tan obvias como pensamos.
Por qué una cuchara metálica sí, pero no otra cosa
La recomendación general de no calentar objetos metálicos en el microondas se debe a que este material protege a los alimentos de la propia acción del aparato. Es decir, con un cuenco metálico no lograríamos calentar la comida, aunque no tiene por qué explotar ni causar ningún destrozo. Según la potencia, tiempo y forma del objeto, podría producirse un arco. El metal refleja las microondas, lo que, de mantenerse en funcionamiento, podría estropear el aparato.
Más peligroso resulta calentar un simple vaso o taza con líquidos como agua, café, té, zumo, caldo o un refresco. Parece paradójico, pero todos los fabricantes lo advierten, incluso dándole más importancia que al hecho de calentar o no metal.
Por ejemplo, en un manual de Samsung podemos leer:
ADVERTENCIA: El calentamiento de bebidas con el microondas puede provocar ebulliciones eruptivas con retraso. Por lo tanto, tenga cuidado al manejar el recipiente.
Mensajes similares leemos en otros fabricantes populares como Candy ("Calentar bebidas en el microondas puede que prolongue la ebullición por lo que ha de tenerse cuidado al coger el recipiente") o Whirlpool, que incluye además indicaciones más completas, coincidiendo con Siemens, marca que acostumbra a añadir una pegatina a sus propios aparatos, por si no leemos el manual.
El problema, y potencial peligro, es que los líquidos se pueden calentar en el microondas por encima del punto de ebullición sin que lo veamos, sin que salgan burbujas. Esto puede provocar un desbordamiento repentino al tocarlo o moverlo, con el riesgo de producir incluso quemaduras de cierta gravedad.
Para evitarlo, los fabricantes recomiendan remover primero ligeramente el líquido, dejar la cucharilla dentro y calentarlo con ella, siempre en el centro. Una vez el aparato haya terminado, conviene esperar unos segundos antes de volver a remover con cuidado.
¿Y por qué la cuchara puede ser metálica? Simplemente porque, al estar cubierta por el líquido y dentro de un recipiente de otro material, las microondas no van a 'rebotar', algo a lo que ayuda además la propia forma de la cuchara. Como explica el experto Miguel Ángel Lurueña, al no tener salientes, siendo la cuchara redondeada y sin partes apuntadas (como podría ser un tenedor), no se producirán chispas.
Es importante además procurar que la cuchara nunca toque las paredes o techo del aparato, y que el material del vaso o taza sí sea apto para microondas. También se aconseja evitar recipientes de cuello o boca estrecha o de paredes totalmente recetas.
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