Llevo comiendo varios huevos duros a la semana casi desde que tengo uso de razón. Se diría que la práctica hace al maestro, y más con algo tan sencillo, pero todavía hoy las redes están llenas dudas sobre su preparación, especialmente a la hora de pelarlos sin romperlos. Después de probar todo tipo de técnicas, tengo muy claro cuál es la única infalible.
La mayoría de trucos que solemos encontrar hacen alusión al método de cocción y al de pelado, aunque ambos pasos están enfocados a la misma idea: cómo cocer un huevo para poder quitar la cáscara sin que se rompa. Por experiencia propia, la técnica de cocción no influye tanto a la hora de pelarlo, aunque sí hay un sistema que nos parece el más práctico y fácil.
Tal y como explicamos en la guía sobre cómo cocer huevos con distintos puntos de cuajado, lo mejor es partir de agua ya hirviendo, sin esperar a que el huevo se atempere de la nevera y bajando el fuego a potencia media-baja, tapando la cazuela, para evitar la pérdida de energía. Solo hay que tener cuidado al introducirlos para que no se rompan y no quemarnos; con una cuchara o espátula nos apañaremos sin problema.
El tiempo de cocción dependerá del punto en el que nos guste; yo procuro cronometrar 10 minutos para que la yema tampoco se pase de más, ya que inevitablemente continuará cociéndose un pelín al sacar el huevo. No me suelo molestar en enfriarlos con hielo, solo los enjuago con agua fría. Y nunca echo vinagre, sal o bicarbonato al agua, no he notado diferencia alguna.
El punto crítico viene ahora.
Cómo pelar huevos duros sin que se rompan
Un huevo cocido se rompe porque la cáscara, con su membrana, se queda adherida a la clara cocida. Queremos retirar esa cáscara dejando el huevo liso, limpio y sin roturas, a ser posible sin esos molestos trocitos de cáscara rota que a menudo permanecen pegados y no hay manera de retirar del todo.
Nada de trucos mágicos llamativos; ni soplar, ni agitarlos dentro de un bote, ni usar una cuchara; lo más efectivo es el agua y nuestras manos.
Con el huevo aún caliente o frío, tenemos que romper la cáscara dándole un golpe suave contra la mesa o encimera, en un lateral, y hacerlo rodar presionando, siempre con cuidado, para craquelar casi toda su superficie. Insisto: con suavidad, sin aplastar el interior del huevo.
Después solo hay que retirar la cáscara empezando con la pieza rota más grande, bajo el chorro del grifo del fregadero, sin mucha presión, o, mejor aún, dentro de un recipiente con agua, para no desperdiciar mucha cantidad. Así, el agua se introduce poco a poco entre la clara y la cáscara, ayudando a despegarla, y dejando el huevo bien limpito.
Si utilizas huevos más viejos, se pelarán aún mejor, ya que la cámara de aire será más grande. Y si quieres cocerlos solo unos 6-7 minutos, para dejar la yema muy melosa, es mejor romper la cáscara primero por uno de los extremos donde suele estar ese hueco de aire vacío.
Infalible al 100 % no hay casi nada en esta vida, pero yo diría que este método nos funciona en casa el 99 % de las veces. Y cuando se nos ha roto un huevo normalmente ha sido por las prisas.
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