La palabra “prefabricada” ya no suena forzosamente a precariedad. En la última década, la vivienda modular ha escalado posiciones hasta competir con las construcciones tradicionales en diseño, comodidad y durabilidad. Y este modelo, con porche cubierto, es buen ejemplo de ello.
En un contexto donde los tiempos de obra y los costes energéticos preocupan, estas casas ofrecen respuestas rápidas, estéticas y funcionales. Además, ganan terreno en zonas turísticas y rurales donde la gestión urbanística es más ágil y el terreno más accesible.
Cada vez más estas casas están llenas de posibilidades y son una opción más económica y espaciosa que los pisos en ciudades. Prueba de ello es la casa que se ha popularizado en redes y de la que todos hablan. Es un modelo de la marca Pineca, en su modelo Boston.
Un bonito porche frontal
El modelo más popular del momento cuenta con un salón de 30 metros cuadrados, dos baños completos, cocina abierta y un porche frontal en madera natural que no solo decora, sino que protege del sol y amplía la vida exterior de la vivienda.
Un dato sorprendente es el número de estancias de la casa, que incluye seis en total de medida intermedia, lo que la hace inmensamente más grande que otras casas del estilo.
Fabricada con paneles técnicos y estructura metálica, esta casa combina rapidez de montaje (en pocas semanas) con aislamiento térmico y acústico. La eficiencia energética es una prioridad, y permite adaptar paneles solares o aerotermia según el cliente.
El diseño es sencillo pero moderno: tonos neutros, ventanas amplias y distribución práctica. Se busca que la casa sea funcional sin renunciar a una estética limpia, ideal para quienes quieren una segunda residencia o una vivienda principal sin obra eterna.
Precio asequible
El precio varía según la empresa y la personalización, pero el rango básico parte de 38.000 euros, sin incluir el terreno. Frente a una vivienda convencional, el ahorro es considerable, especialmente si se tiene en cuenta el hallazgo de un terreno barato.
Otro punto fuerte es su movilidad y legalidad. Muchos modelos se entregan con certificación urbanística, lo que permite su instalación en parcelas edificables con mayor facilidad. Esto reduce tiempos administrativos y permite comenzar a habitarla antes.
Estas casas ya no son el futuro: son el presente de quienes apuestan por vivir de otra manera. Menos ladrillo, más rapidez y una idea clara: vivir bien, sin obras infinitas ni presupuestos desbordados.
Fotos | Pineca
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