La cal en la mampara del baño no solo estropea la estética, también puede convertirse en una pesadilla de mantenimiento. Lo que empieza como una ligera opacidad se convierte en una incrustación resistente a esponjas, vinagre y desesperación. Y aunque los trucos de toda la vida funcionan a medias, muchos siguen frotando sin entender el problema.
El error común es pensar que es solo suciedad, cuando en realidad se trata de una reacción química que hay que saber tratar por partes. Esto requiere algo más que productos milagro de supermercado o la botella de vinagre olvidada en la despensa.
Y eso lo sabe bien Diego, un ingeniero químico y creador de contenido que lo ha explicado paso a paso y la diferencia entre la materia orgánica e inorgánica, algo imprescindible si se desea eliminar completamente la cal.
Según explica, en el cristal de la mampara se acumulan dos tipos de residuos diferentes. Por un lado, están los depósitos inorgánicos minerales, compuestos por diminutos cristales de calcio y magnesio que el agua deja al evaporarse. Por otro, los residuos orgánicos grasos, resultado de la mezcla entre productos como champús o geles y dichos minerales, que forman una sustancia conocida como esterato.
Los productos de limpieza comunes suelen ser eficaces contra los restos orgánicos, pero no eliminan correctamente los inorgánicos. Por eso, recalca que una limpieza efectiva del vidrio debe tratar ambos tipos de suciedad.
El procedimiento adecuado, añade, empieza con un desengrasante o una mezcla casera de agua y jabón de vajilla (500 ml de agua y una cucharadita de jabón). Se aplica con una esponja y se frota bien la superficie. Después, es necesario utilizar un ácido —como vinagre de limpieza o vinagre industrial— para desincrustar los residuos minerales. El paso final: aclarar bien la superficie.
Secar con microfibra
Después de la limpieza, es esencial secar con un paño de microfibra para evitar marcas. Y para mantenerlo, lo ideal es pasar una espátula de goma tras cada ducha y aplicar una solución anti-cal semanal. Pequeños gestos, grandes resultados.
Este truco funciona especialmente bien en zonas con aguas duras, donde los productos convencionales fallan. Si quieres una mampara reluciente, olvídate del vinagre a secas y pásate a la concepción global de la limpieza. Es barato, ecológico y eficaz.
Foto | Max Vakhtbovycn
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