Como disciplina artística que es, me apasiona la fotografía, aunque como practicante de ella apenas puedo llamarme aficionada. Cuando me encuentro ante el trabajo de un fotógrafo profesional o mucho más experimentado, no puedo evitar envidiar sus costosos equipos o sus estudios especializados. Sin embargo, no hace falta contar con medios carísimos para desarrollar obras originales de calidad, como demuestra Brock Davis a través de las imágenes que capta con la cámara de su teléfono, uniendo creatividad, humor y comida.
Este artista multidisciplinar residente en Minneapolis, Estados Unidos, se define a sí mismo como pensador conceptual. Especializado en publicidad y diseño, colabora con frecuencia en la prensa e incluso diseña camisetas. Su proyecto personal más reciente es Make Something Cool Every Day (algo así como "haz algo molón cada día"), donde da rienda suelta a su creatividad de la forma más libre y acorde con su filosofía de divertirse en lo que hace.
De este modo, Davis lleva unos años encantado con las posibilidades creativas que le ofrece la simple cámara de su teléfono móvil, demostrando que se pueden crear obras perfectamente válidas sin tener que recurrir a costosos medios de producción. La inmediatez e instantaneidad que le proporciona su Iphone es el medio ideal para hacer más cercanas sus fotografías.
Entre su amplio repertorio de imágenes destaca la presencia constante de referencias a la comida. Ya sea utilizando platos, ingredientes o productos, Brock encuentra en la gastronomía una fructífera fuente de inspiración. Así, ha convertido a la comida en protagonista de muchas de sus fotografías más originales, siempre haciendo gala de su peculiar sentido del humor.
Está claro que para ser un gran artista no vale sólo con tener una buena formación, experiencia y los medios adecuados. La inspiración y la creatividad son factores fundamentales a la hora de materializar las ideas, y más en el contexto actual en el que parece que está todo inventado. Por eso me gusta descubrir a originales autores como Brock Davis, siempre retándose a sí mismos, y con una trayectoria artística coherente y fiel a su estilo.
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