Ultimamente estoy de lo más rapero, y no me refiero a la música, sino a la utilización del rape-pescado en mis elaboraciones. Si hace unos días os traía un rape picantón con gambas, hoy le toca el turno a este rape Wellington que, desde que lo vi en One man's meat, me enamoró y me hizo soñar con sus sabores y texturas durante el par de días que tardé en ponerme manos a la obra.
Y el caso es que no me decepcionó lo más mínimo. El resultado obtenido fue tal y como lo imaginaba. Un plato contundente, festivo, ideal para una ocasión especial, que no dejó indiferente a ninguno de los que tuvimos la fortuna de probarlo. No sólo es elegante de aspecto, sino que este rape Wellington es un delicioso y gran bocado perfecto para compartir.
Metemos las espinacas en una cacerola junto con un par de cucharadas de agua, tapamos y colocamos sobre el fuego. Cuando comience a hervir, retiramos la cacerola del fuego y dejamos que las espinacas se cuezan al vapor durante unos minutos. Atemperamos y escurrimos bien, apretando pequeñas cantidades con las manos hasta que no salga más agua.
Extendemos las lonchas de jamón serrano sobre una lámina de papel sulfurizado, sobreponiendo una encima de otra ligeramente. Sobre el jamón, extendemos una fina capa de pesto (sin llegar a los bordes) y, sobre la capa de salsa pesto, las espinacas bien escurridas.
Secamos muy bien el rape con papel absorbente, ya que no queremos que sus jugos naturales nos empapen el hojaldre cuando lo horneemos. Lo salpimentamos al gusto y lo colocamos, centrado, sobre la cama de espinacas, salsa pesto y jamón. Envolvemos con ayuda del papel sulfurizado, de modo que el rape quede bien cubierto del resto de capas.
Cortamos la lámina de hojaldre en dos trozos, una de un tamaño ligeramente superior al de la pieza de rape envuelta en jamón, espinacas y salsa pesto, y otra un poco más grande que usaremos para cubrir el rape.
Pincelamos con huevo batido los bordes de la primera pieza de hojaldre. Sobre ella, colocamos el rape (invirtiendo la pieza para que jamón quede en la parte superior) y, sobre el rape, extendemos la segunda pieza de hojaldre. Presionamos los bordes para sellar, decoramos con los recortes de hojaldre que nos hayan podido quedar (opcional), pincelamos la pieza entera con huevo, hacemos pequeñas incisiones con la punta de un cuchillo por toda la superficie y horneamos a 180ºC durante 30 minutos.
Con qué acompañar el rape Wellington
Este rape Wellington es un señor bocado que, bien acompañado, constituye un plato completo y delicioso. Es importante elegir bien las guarniciones que, recomiendo, sean ligeras y contrasten, en sabor, con el rape. Mi propuesta: puré de remolacha, que aporta dulzor, y tomates cherry asados a las hierbas provenzales, que aportan acidez. Todo ello, suavizado con una mini quenelle de nata agria.