Capital mundial de la mayonesa y también tierra privilegiada en lo que mariscos se refiere, la isla de Menorca ha hecho bandera gastronómica a través de la langosta, la cual se convierte en protagonista de la mayoría de menús de la isla.
Entre su recetario, amén de la langosta con huevos fritos, está la más tradicional de las formas de consumirla: la caldereta de langosta. Plato de fiesta más allá de las islas, pero en origen cazuela marinera donde las haya, pocas presentaciones más necesita tamaña preparación.
Las claves son elegir una buena langosta y que esté viva, mejor aún si es menorquina, claro; a partir de ahí, una punta de mimo, un majado a base de almendras y una cocción pausada harán el resto.
Luego habrá que hacer un buen sofrito y sobre todo ser ecuánimes en el reparto de las tajadas de langosta, que no queremos dejar a nadie soliviantado cuando lleguemos a la mesa.
Cortamos en brunoise el ajo, la cebolla y los pimientos e hidratamos la ñora, abierta y despepitada, en agua templada.
Clavamos un cuchillo grande en la cabeza de la langosta entre ambos ojos para cortarla a lo largo, sacando y reservando los corales para un majado que haremos y separando la cabeza de la cola.
Cortamos en medallones el tronco de la langosta, valiéndonos de las junturas de la anillas, y reservamos.
En una cazuela ancha y baja ponemos cuatro o cinco cucharadas de aceite de oliva y sellamos las dos mitades de la cabeza por el lado abierto. Sacamos y reservamos.
En ese aceite pochamos ajo, cebolla y aceite a fuego medio durante diez minutos. Luego añadimos el tomate rallado y pochamos hasta que evapore el agua completamente.
En un mortero preparamos el majado con las almendras, el pan frito, los corales de las cabezas, la carne de la ñora rehidratada y un chorrito de coñac.
Incluimos en el sofrito las dos mitades de la cabeza, el majado y cubrimos con agua todo, dejando cocer 10 minutos. Probamos, rectificamos de sal si fuera necesario y añadimos los medallones de la cola, dejando cocinar todo cinco minutos a fuego suave y servimos.
Con qué acompañar la caldereta de langosta
Plato rotundo donde los haya, quizá solo hubiera que acompañar a esta caldereta de langosta con unos entremeses a base de queso de Mahón y sobrasada, o marcarnos esta sencilla receta de oliaigua. Al trago, después, para bajar la comida, nada mejor que una pomada.
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