Nos encantan las patatas, preparadas de cualquier forma. Sobre todo si es patata gallega, nuestra preferida. No discutimos la calidad de otras variedades, pero no es lo mismo. Estas patatas adobadas al horno salen de lujo con ella, aunque se pueden preparar con otro tipo de patata. Eso sí, aseguraos de que sea patata nueva.
Es recomendable que utilicéis una bandeja amplia donde las patatas estén bien extendidas, no amontonadas ni formando capas, de este modo nos aseguramos que se hagan por igual y queden bien doradas y crujientes, si no gustan con ese punto. Si por el contrario nos gustan blandas, sólo tenemos que sacarlas un poco antes del horno.
Calentamos el horno a 180º C. Pelamos las patatas y las troceamos en triángulos. Si utilizamos patata nueva, cuya piel es muy fina y limpia, podemos utilizarlas con la piel, simplemente lavándolas muy bien con un cepillito de cocina.
En el vaso de la batidora vertemos el aceite de oliva virgen extra, sal al gusto, el perejil y el diente de ajo. Lo trituramos todo hasta obtener una crema lisa. Si vemos que está muy espesa podemos agregar un poco de zumo de limón o más aceite, como prefiramos.
Untamos bien las patatas con esta mezcla y las echamos en una bandeja amplia, lo suficiente como para que no se amontonen. Las horneamos durante unos 30 minutos o hasta que estén listas, dependerá un poco del tamaño al que las hayamos cortado. Servimos inmediatamente como guarnición.
Con qué acompañar las patatas adobadas al horno
Estas patatas adobadas al horno son idóneas para tomar como acompañamiento de carnes o pescados. En concreto nos gustan mucho para acompañar carnes asadas como pollo o ternera. En esos casos se podrían asar junto a la carne o bien por separado ajustando el tiempo de horneado.