Es la primera vez que escribo sobre un utensilio de cocina o decorativo, y de este en concreto desconozco el precio, el diseñador o el tiempo que lleva en el mercado, pero cuando vi este fantástico dispensador de palillos, me despertó un recuerdo de la infancia que tenía olvidado, me ha resultado tan entrañable que no he podido por menos que mostrarlo aquí por si alguien más recuerda algo parecido.
Tengo que reconocer que no es un producto especialmente útil, ni especialmente bonito, tampoco lo era él que tenía mi tía en su casa, con el mismo mecanismo, con un pájaro parecido, pero de madera; aunque si tenía un extra invisible muy útil para nuestras mamás, reunidas todas en la cocina, mientras cocinaban y charlaban, y era la capacidad que tenía el palillero para conseguir que los todos los niños de la familia cuando íbamos a comer a su casa nos pasáramos horas delante de palillero, empujándole la cabecita hacia abajo para ver como agarraba palillo tras palillo con su pico.
Esta diversión duraba hasta que mi tío nos arreaba un grito, por que teníamos todos los palillos de la casa esturreados por la mesa, por el suelo o mordisqueados por nosotros.
Nunca supe que pasó con el pájaro, de pronto un día desapareció, pero dejo un grato recuerdo.
Quiero este dispensador de palillos, para que los niños que rondan por mi casa, también me oigan gritar.
Via | Balvi
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