Jaime de las Heras
Editor SeniorLa provincia de Vizcaya a menudo queda reducida en el imaginario colectivo a la imponente presencia de Bilbao: su Guggenheim, sus puentes, su vida cultural y su historia industrial. Sin embargo, este territorio guarda infinidad de tesoros que se escapan del radar del visitante medio.
Algunos se esconden en cascos históricos, otros en senderos de montaña, y algunos —como el que hoy nos ocupa— ni siquiera se ven a simple vista. Es el caso de la Cueva de Pozalagua, una joya geológica oculta bajo tierra y rodeada de un entorno natural privilegiado.
La Cueva de Pozalagua se encuentra en el municipio de Karrantza Harana/Valle de Carranza, en la comarca de las Encartaciones (Enkarterri), a unos 55 kilómetros de Bilbao, lo que equivale a una hora de coche aproximadamente. Este valle se sitúa prácticamente en la frontera vizcaína con Cantabria, en una zona que combina paisajes abruptos, pastos verdes y escarpadas formaciones kársticas.
La cueva está ubicada dentro del Parque Natural de Armañón, un espacio protegido donde conviven bosques, desfiladeros y una notable biodiversidad. El acceso es sencillo y está bien señalizado, con un aparcamiento cercano y un centro de interpretación que contextualiza la visita.
Un espectáculo subterráneo único en Europa
La Cueva de Pozalagua no es una cueva cualquiera. Lo que la convierte en un fenómeno verdaderamente excepcional es su altísima concentración de estalactitas excéntricas, un tipo de formación calcárea que desafía la lógica de la gravedad: crecen en todas direcciones, retorciéndose y bifurcándose como si flotaran en el aire. De hecho, se considera la mayor concentración de estalactitas excéntricas de Europa.
Descubierta por accidente el 28 de diciembre de 1957 durante unas voladuras en una cantera cercana, la cueva permaneció cerrada durante años hasta su acondicionamiento y apertura al público.
Pozalagua se descubrió de manera accidental en el año 1957, permaneciendo varios años cerrada al público.
Hoy en día, el recorrido turístico habilitado permite adentrarse unos 400 metros en su interior, aunque el total de galerías supera ampliamente esa cifra. Durante la visita se atraviesan varias salas, entre ellas la espectacular Sala Versalles, donde las formaciones calcáreas adquieren dimensiones casi arquitectónicas.
Las estalactitas y estalagmitas de Pozalagua se formaron hace millones de años, en la época del Mesozoico, a partir de la filtración de aguas ricas en minerales a través de las rocas calizas. El resultado es una combinación de formas, texturas y colores que hipnotiza por su rareza y belleza.
Los caprichos geológicos de la cueva han propiciado que tenga la mayor concentración de estalactitas excéntricas de Europa.
Los precios de acceso son de 10 euros para el público general, mientras que la tarifa reducida (seis euros) se aplica a menores de entre seis y doce años, jubilados o pensionistas, estudiantes y grupos organizados. Los menores de seis años entran gratis. Las visitas se realizan en castellano (pero hay audioguías en inglés y euskera) y tienen una duración media de unos 50 minutos. Además, al ser una cueva subterránea, se aconseja ir abrigado porque la temperatura interior es de unos 13 ºC.
Imágenes | Pozalagua Kobazuloa - Cueva de Pozalagua
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