El tórrido calor que puede hacer en Madrid los meses de verano no echa para atrás a los miles de turistas que acuden en masa estos meses, pasando por alto que la capital de España también es un buen punto de partida para escapar a la naturaleza y refrescarse en aguas naturales. Por algo muchos madrileños se escapan a la Sierra Norte en cuanto suben las temperaturas, aunque sea solo para pasar el día y desconectar unas horas.
En el Valle del Paular, Rascafría es uno de los pueblos más recomendados para visitar todo el año si se busca desconectar del ajetreo urbano, con su emblemática Plaza de la Villa como centro neurálgico. Además de la propia localidad y todas las actividades culturales y de ocio que organiza el Ayuntamiento a lo largo del año, Rascafría ofrece muchas rutas y excursiones en su bello entorno enclavado en plena sierra.
Pero si hace calor, lo que apetece es darse un buen chapuzón. Y en esta histórica villa madrileña hay un destino claro bien conocido por los vecinos y por los madrileños más urbanitas, las frescas aguas del río Lozoya enmarcadas por el verde marco natural propio del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, con sus bosques, prados, picos y campos.
Hablamos del área recreativa de las Presillas, una zona de baño formada por tres pozas de agua natural donde está permitido el acceso y el baño público de forma gratuita, reconocido como tal por la Comunidad de Madrid. Aunque la zona está adaptada y preparada para el baño para todas las edades, no se trata de una piscina como tal modificada por el ser humano, por lo que conserva todo el encanto de unas aguas naturales donde refrescarse está asegurado.
Para acceder no hay que reservar ni adquirir entrada de ningún tipo, pues salvo circunstancias excepcionales no hay aforo ni espacios vallados o cerrados. Las zonas de baño están rodeadas de amplios espacios que sí se han preparado para el disfrute público, donde poder hacer un picnic al aire libre, con papeleras y contenedores, baños públicos e incluso un chiringuito con mesas, aunque el espacio carece de mesas de picnic, así que toca llevarse material propio para instalarse sobre la hierba.
Las Presillas dispone de un aparcamiento público abierto todos los días desde las nueve de la mañana, que sí implica el pago de una tasa de nueve euros para turismos, y tres euros para motocicletas. Se puede acceder perfectamente a pie desde el centro del pueblo o acudir en bicicleta, y hay muchos paseos y rutas de senderismo muy atractivas en verano en sus alrededores, como la que lleva hasta las Cascadas del Purgatorio.
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Fotos | Rascafría
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