Menos de 40 kilómetros separan a la ciudad de León de uno de los parajes más bonitos, no solo de la provincia, sino de toda la comunidad castellano-leonesa y de toda España. Como un bosque mágico entre valles y montañas, el Faedo de Ciñera se viste en otoño con sus mejores galas, cuando las hayas centenarias y otros árboles tiñen el paisaje de colores cálidos que invitan a perderse entre sus hojas.
Más que un mero bosque, dicen que este hayedo es casi un refugio natural, todo un ecosistema único en el que confluyen el paisaje atlántico y el mediterráneo en un espacio de más de 400 millones de años de historia geológica. Naturaleza, historia, geología, patrimonio minero, folclore y leyendas conviven en el corazón del Faedo, y que se puede visitar en una ruta de senderismo apta para toda la familia, incluyendo niños y perros atados con correa.
El nombre de faedo significa "lugar abundante en hayas" o, simplemente, "hayedo". Procede del latín fagus (haya) más el sufijo abundancial -etum, que evolucionaría finalmente a faedo en asturleonés. Es uno de los bosques de hayas más meridionales de toda Europa y guarda tesoros como El Fayón o haya Fagus, un árbol muy singular por su espectacularidad y por su edad, ya que tiene más de 500 años.
Aunque hay varios recorridos disponibles para conocer este bosque, la ruta del Faedo de Ciñera propiamente dicha, la más popular y sencilla, tiene 4,5 kilómetros y es ideal para pasar un día tranquilo en familia en plena naturaleza. Eso sí, en otoño, cuando luce sus mejores galas, conviene madrugar si se acude en fin de semana o festivos, pues los leoneses conocen bien su patrimonio y también ha ganado mucha fama entre visitantes que se acercan desde otras provincias cercanas.
Este recorrido arranca desde la plaza de la iglesia de San Miguel Arcángel en la localidad de Ciñera, que en sí misma también merece una visita. El camino está perfectamente señalizado y nos dirige hacia un valle estrecho muy rico en vegetación, bañado siempre por las aguas del Arroyo, que nos acompaña siempre en el paseo.
Siguiendo los carteles es fácil continuar por cada uno de los hitos que marcan la ruta, animando al senderista a tomárselo con calma para admirar espacios como la bocamina rehabilitada por los vecinos, los puentes, la pradera donde se puede repostar en sus mesas de picnic, la mencionada haya Fagus o las marmitas de gigante, una fascinante formación geológica que ha dibujado cascadas y pozas de agua cristalina en las rocas.
Al encontrarse en la ladera norte del valle del Arroyo de Ciñera, en la umbría, los árboles han creado un bosque denso dominado por la humedad y la sombra natural que invade cada rincón de cierto carácter mágico, alejado del mundo. Hayas, encinas y marojos que abrazan al visitante en un paisaje que se vuelve realmente espectacular en pleno otoño, y que le valió para ser nombrado "el bosque mejor cuidado de España" en 2007.
También primavera es una buena época para conocer el Faedo y sus secretos, pero, sin duda, es una ruta que merece la pena recorrer en estos meses previos al invierno.
Imágenes | Flickr/Guillén Pérez - Faedo
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