¿Con qué alimentos de puede viajar en la cabina de un avión? La respuesta se esconde en la mantequilla de cacahuete

Aunque la normativa del equipaje de mano podría cambiar en un futuro no muy lejano, el control de acceso en los aeropuertos sigue dando muchos disgustos a los pasajeros, especialmente cuando te obligan a deshacerte de tu producto favorito. Es lo que le ocurrió al estadounidense Patrick Neve cuando, desolado, tuvo que renunciar a su amada mantequilla de cacahuete en un trayecto.

Neve, de 25 años, se disponía a tomar un vuelo el pasado mes de marzo desde su Pittsburgh natal hasta Tulsa, donde iba a dar una conferencia. Es parte de su rutina profesional, acostumbrado a viajes constantes en los que suele llevar su propia comida de consumo rápido, pues no suele tener tiempo para buscar dónde almorzar. Pero durante el rutinario control de equipaje, inesperadamente, se le confiscó un bote de mantequilla de cacahuete.

Indignado, según cuenta The Washington Post, Neve fue a Twitter a protestar y no tardó en hacerse viral, hasta el punto de que la propia Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) le respondió indirectamente en Instagram reforzando su posición, aludiendo a la definición de un libro de química: "un líquido no tiene forma definida y toma una forma dictada por su contenedor".

El joven hacía hincapié en que, bajo su punto de vista, un bote de mantequilla de cacahuete no es ni un líquido, ni un gel ni un aerosol, sino un alimento sólido. Alimento que además forma parte de su rutina diaria, acostumbrado a comer cada jornada su ración de avena con peanutbutter. Debió ser chocante no poder comerlo durante el trayecto, al menos hasta que aterrizada y pudiera comprar otro tarro.

En declaraciones a TWP, el portavoz de la TSA R. Carter Langston apoya la decisión de los agentes, admitiendo que la cuestión puede ser semántica, pues también puede considerarse un gel. Bajo "líquidos" no solo entran los considerados 100 % como tal, pues como también indica AENA en España, la norma abarca todas las bebidas de cualquier tipo, pasta de dientes, jarabes, cremas, perfumes, desodorantes, gel de ducha o champú, lociones, aceites, aerosoles y espuma de afeitar.

Como señala Langston, "si puede derramarlo, rociarlo, esparcirlo, bombearlo o verterlo", se somete a la misma norma. El problema es que esa norma es en ocasiones algo confusa, pues hay excepciones con casos muy concretos que pueden generar más de una duda, sobre todo con comida y bebida.

Recordemos, por ejemplo, que hubo un tiempo en el que no se podía viajar con ensaimadas mallorquinas rellenas crema o la sobrasada en la cabina, hasta que se admitió este producto como excepcional. Lo mismo sucede en Génova, Italia, con la salsa pesto, permitida por una cuestión patrimonial.

Excepciones aparte, ni la mantequilla de cacahuete ni ninguna otra crema de frutos secos puede llevarse como equipaje de mano en los aviones. Tampoco el queso crema de untar, ni el paté o foie, hummus y sus variantes, ni las cremas de cacao y chocolate, ni la miel ni la mermelada o la compota, y por supuesto ninguna otra crema o gel que supere los 100 ml.

Si tienes pensado picotear algo de esto en el vuelo, como el joven Neve suele hacer en sus numerosos viajes, mejor lleva una porción pequeña o cómpralo ya dentro del aeropuerto. De lo contrario tendrás que decirle adiós en el control, al menos por ahora.