Aunque la temporada de setas otoñal comenzó en España hace unas semanas, es en este último tramo de octubre, antes de que entren las heladas, cuando se suele concentrar el grueso de la campaña.
Debido a las lluvias de finales de verano, la temporada prometía y, de hecho, en muchas zonas comenzó antes. Pero los últimos partes micológicos confirman que la ausencia de precipitaciones y las elevadas temperaturas están condicionando y poniendo en riesgo la fructificación de setas en el momento clave de la campaña, cuando más especies aparecen.
“Esta situación está truncando todas las buenas expectativas que se presentaban al inicio del otoño, allá por el mes de septiembre”, asegura el último parte micológico de Castilla y León. “Son muchos los expertos consultados que ya dan por perdida la temporada para un gran número de especies por la proximidad de la época de heladas severas”.
Mucho níscalo, poco boletus
En concreto, está siendo abundante la fructificación de níscalos, más en cotas altas que bajas, pero es muy difícil ver otras especies típicas del otoño, como los codiciados boletus, que en la última semana solo han aparecido de forma muy puntual y dispersa.
Por el momento, todos los acotados de setas de Castilla y León se encuentran en lo que se considera una “producción estimada baja”. En el pirineo y el prepirineo, las otras grandes zonas de recolección de setas de España, tampoco ha llovido en los últimos días; y allí, en las cotas más altas, la temporada finaliza a finales de octubre o primeros de noviembre.
“A nada que cayese algo [de lluvia], se recuperaría todo muy bien, porque hay setas hasta con el terreno bastante seco”, explica en El diario del Alto Aragón, el micólogo Antonio Palazón.
Según las predicciones meteorológicas, las lluvias llegarán el fin de semana que viene, quizás justo a tiempo para salvar la temporada de setas en las próximas semanas, pasado el puente. Veremos.
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