La playa de A Lanzada (Galicia) se ha llenado de miles de navajas muertas. No es la primera vez y no será la última

Los vecinos y turistas que esta semana estaban disfrutando de un día de playa en A Lanzada, una de las más populares de la costa gallega, vieron interrumpido su descanso cuando les sorprendió la llegada de miles de navajas muertas. Es la tercera vez que sucede este verano un episodio de mortalidad de marisco similar, que afecta además a otras especies. Y las perspectivas de cara al futuro próximo no son halagüeñas.

Así lo ha confirmado la Consellería do Mar a La Voz de Galicia, recordando que ya a principios de verano y hace apenas algo más de una semana se registraron incidentes de las mismas características con la aparición de conchas muertas de cadelucha y longueirón.

A pesar de que todavía se están realizando los análisis pertinentes para determinar las causas exactas de estos episodios, los expertos creen que todo apunta a las condiciones climatológicas adversas y excepcionales que se están viviendo últimamente en Galicia, España y toda Europa. Las elevadas temperaturas y las olas de calor cada vez más extremas y de larga duración están afectando también al agua del mar, calentando incluso la costa del atlántico.

"La temperatura del agua en superficie es superior a la habitual, situándose en torno a los veinte grados", señalan desde la Consellería do Mar, algo que confirman los datos registrados por el departamento de Climatoloxía de MeteoGalicia. En el mes de junio, apuntan, llegaron incluso a situarse en torno a los 25 grados; aunque las temperaturas fueron bajando progresivamente a lo largo de las semanas siguientes, las recientes olas de calor han vuelto a elevarlas de forma anormal, lo que puede estar afectando directamente a la vida marina.

Ya en 2017 sabíamos que el agua del mar se estaba calentando a un ritmo de uno 0,03 grados cada año, algo que podría haberse acelerado recientemente, con los veranos de temperaturas excepcionalmente altas que estamos registrando, y una de las primeras consecuencias la estamos viendo en los precios en pescaderías y fruterías. Las condiciones climáticas extremas disminuyen la producción en los campos, como está sucediendo con melones y sandías, y también aumenta la mortalidad de la vida marina.

Esperando aún las conclusiones de los análisis, el sector de pesca y marisco gallego muestra su preocupación ante una situación que cada vez se repite más a menudo y que no tiene perspectivas de mejorar en el futuro próximo. Grupos políticos como el Bloque Nacionalista Galego exigen que se estudie a fondo el problema y se aporten soluciones lo antes posible.