Cómo congelar correctamente los garbanzos cocidos, un método práctico para la cocina diaria

Cómo congelar correctamente los garbanzos cocidos, un método práctico para la cocina diaria
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Los garbanzos son increíblemente versátiles. De la familia de las legumbres, brillan en la forma de untables como hummus hasta bocadillos, ensaladas, sopa hasta crujientes asados en el horno, son un delicioso snack de media tarde.

En definitiva, los garbanzos combinan bien con pastas, arroces, vegetales, carnes, pescados, mariscos, salsas, especias y hierbas aromáticas ...

Imprescindibles en la cocina sin carne, y en todas las estaciones del año, son sinónimo de sabor, textura y aporte nutricional, por nombrar solo algunos de sus beneficios. Fuente de fibra, vitaminas, minerales, proteína vegetal e hidratos de carbono, entre otros, ayudan a controlar el colesterol y a cuidar la salud cardiovascular. Secos o ya cocidos en conserva, existen más de 40 variedades, según los expertos: castellano, blanco lechoso, venoso andaluz, chamad, pedrosillano y más.

Además son económicos, por lo que comprar a granel es una decisión sabia. Ahora bien, si no tienes mucho espacio en la despensa, pero si en el congelador, hay una buena noticia. Los garbanzos se pueden guardar fácilmente en el congelador y se descongelarán con muy poco daño estructural, para utilizar en la próxima receta.

Como regla general, a la hora de llevar adelante el proceso, existen dos formas de hacerlo:

  1. Congelar después de completar el proceso de remojo, ya activado y seco
  2. Congelar ya cocidos (la alternativa que recomiendo)

En el primer caso, una vez que los garbanzos estén activados, es necesario enjuagar bien con agua fría para luego extender en una sola capa sobre una bandeja para hornear y dejar secar lo más posible. Incluso puedes dejar que se sienten durante la noche, para absorber cualquier resto de humedad. Esto los protegerá de ser dañados por los cristales de hielo cuando se congelen. Una vez que estén secos, en estado crudo, transferir a una bolsa hermética apta para el congelador y exprimir la mayor cantidad de aire posible. Llevar al congelador y utilizar en un plazo de 2 a 3 meses.

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El segundo caso, resulta más práctico para la cocina diaria y especialmente si se consumen legumbres de manera regular. Al culminar la cocción, puedes escurrirlos de su líquido de cocción antes de congelarlos o puedes congelarlos en su líquido de cocción. Esto dependerá de si quieres usar el líquido restante (aquafaba) en una futura receta o no, y lograr un merengue vegano.

De cualquier manera, cuando cocines los garbanzos, quítalos del fuego 15 minutos antes para que no se cocinen en exceso. Esto es importante, para poder recalentarlos en una fecha posterior manteniendo su estructura. De la misma manera, hay que asegurarse que los garbanzos estén completamente fríos antes de llevar al congelador.

Luego el proceso continua de la misma manera, simplemente transferir los garbanzos, con o sin su agua de cocción, a una bolsa hermética apta para el congelador y exprimir la mayor cantidad de aire posible. Utilizar en un plazo de 2 a 3 meses. Escribir la fecha en la etiqueta a modo de recordatorio para el futuro.

Esta misma dinámica, se replica con el resto de las legumbres disponibles en el mercado, como pueden ser las lentejas, los frijoles, las judías blancas, la soja, etc.

Imagen | Foto 1: Polina Tankilevitch

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