Joana Costa
EditorLas manchas de grasa son un enemigo común: ya provengan de cocinar, de un descuido con una hamburguesa o incluso de tareas en el garaje, tienden a fijarse rápido en el tejido y parecen imposibles de sacar. El agua por sí sola no sirve, porque los aceites no se disuelven con facilidad.
La clave está en actuar con rapidez y recurrir a productos desengrasantes que corten la grasa antes de que el calor la selle definitivamente en la tela. La rapidez en este sentido también es clave.
Los expertos recuerdan que la primera norma es evitar la secadora o cualquier fuente de calor. Una prenda manchada que pasa por ese ciclo suele quedarse con un cerco oscuro muy difícil de eliminar.
El problema se agrava en fibras naturales como algodón o lino, que absorben más los aceites. Las fibras sintéticas, por su parte, repelen la grasa al principio, pero una vez fijada resulta incluso más difícil de retirar.
Por eso, lo ideal es tratar la mancha en cuanto aparece. Basta con aplicar directamente un poco de jabón lavavajillas (del que se usa para platos a mano) sobre el área afectada. Si hay que hacerlo en el restaurante mejor que esperar a casa.
Este producto contiene tensioactivos, moléculas con una parte soluble en agua y otra soluble en grasa, que rodean las gotas de aceite y permiten desprenderlas del tejido. Deja actuar unos minutos, frota suavemente y después lava la prenda como de costumbre.
Trucos caseros que funcionan
Si las manchas son abundantes, conviene enjuagar el jabón antes de meter la prenda en la lavadora, porque el exceso de espuma puede interferir con el ciclo, sobre todo en máquinas de carga frontal.
Para manchas más resistentes, una opción eficaz es mezclar jabón de platos con bicarbonato hasta formar una pasta y trabajarla sobre la tela con un cepillo de dientes viejo. Déjala reposar y lava con el agua más caliente que admita la prenda según la etiqueta.
Qué evitar y qué no funciona
La tentación de usar remedios improvisados es habitual, pero no siempre resultan efectivos. Pruebas realizadas por la American Chemical Society mostraron que la laca para el pelo endurece el tejido, la cola oscura deja un cerco marrón alrededor de la mancha y el polvo de bebé forma una costra que no elimina la grasa. En cambio, el jabón de platos resulta útil incluso tras fijar la mancha con calor.
Opciones comerciales específicas
Si los métodos caseros no son suficientes, siempre se puede recurrir a productos especializados en grasa. Estos formatos en espuma o gel funcionan bien, pero deben aplicarse únicamente en tejidos lavables.
El truco está en probar primero en una esquina discreta: si no destiñe, se puede aplicar sobre la mancha, dejar actuar entre 1 y 5 minutos y lavar o al menos enjuagar. Nunca conviene dejar que se sequen sobre la tela.
Cuando la mancha combina grasa con otros ingredientes (por ejemplo, salsa de pizza), la recomendación es doble: primero tratar la grasa con jabón lavavajillas y después aplicar un quitamanchas específico.
La clave
- Actúa rápido: cuanto antes apliques jabón desengrasante, mejor.
- Evita el calor: no uses secadora hasta que la mancha haya desaparecido.
- Usa aliados sencillos: jabón lavavajillas, bicarbonato o quitamanchas clásicos siguen siendo las mejores armas.
- Comprueba el tejido: en prendas delicadas, prueba en un rincón antes de tratar la zona visible.
Con estos pasos, incluso las manchas más rebeldes de aceite, grasa de cocina o mecánica tienen solución. Y tu camiseta favorita puede seguir contigo muchos lavados más.
Foto | Wayhomestudio, RDNE Stock project
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