Recuerdo hace bastantes años cuando siendo una niña fantaseaba con una máquina en la que se podría ver en la tele todos aquellos programas que nos habíamos perdido a otra hora. Poco tiempo después se inventaría el vídeo. Es por eso que me llaman muchísimo la atención los inventos tecnológicos, y es que todas aquellas fantasías que en algún momento se nos ha pasado por la cabeza, puede ser que con el tiempo se hagan realidad. Es lo que ocurre con Whiff, una máquina que consigue imprimir los olores de comidas en forma de postales.
El invento procede de un estudiante chino de la Universidad de Diseño de Donghua, li Jingxuan, un apasionado de los viajes y la gastronomía. La maquinita en cuestión actúa con un extractor de olores como si de una nariz electrónica se tratara, recogiendo el aroma de los alimentos y procesándolos. Es entonces cuando la impresora simula los olores capturados mediante la mezcla de tintas de aromas diferentes almacenadas en el dispositivo, que es capaz de reproducirlos en papel fotográfico, dejando la parte posterior de la postal para escribir nosotros unas frases en donde demos una explicación de nuestro plato.
La idea del diseñador es que nos encontremos en el lugar del mundo que nos encontremos disfrutando de un viaje, podemos probar la gastronomía local y posteriormente fotografiarla para recoger su aroma. A continuación imprimiremos la imagen y mandaremos una postal a nuestros amigos donde se recoge el olor de lo que hemos degustado al separar una solapa situada en la parte posterior, tipo a las muestras de perfume que suelen publicitarse en las revistas.
Esta impresora de olores se cree puede tener éxito en China pues a la gente allí le encanta hacer fotos de comida y subirlas a las redes sociales para que las vean sus familiares y amigos, así que si encima se añade el cómo era el olor de esa comida, hace el intercambio mucho más interesante y la comunicación mucho más interactiva.
La empresa Sony se ha interesado por el nuevo invento y ya está trabajando codo con codo con los diseñadores en Shanghai, si bien han comentado que por ahora no tienen intención de su comercialización pero que no lo descartan en un futuro. Así que de momento si os gustaba la idea y ya os imaginabais mandando a vuestros amigos el aroma de una rica fabada humeante en forma de postal, tendréis que esperar durante un tiempo.
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