Los cuidados que hay que darle en otoño a la orquídea Phalaenopsis: necesitan contraste térmico

Cómo debe cuidarse cuando pierde las flores para que vuelva a renacer con fuerza

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Joana Costa

Editor

Cuando las flores de la orquídea Phalaenopsis caen en otoño, no significa que haya llegado el final, sino el inicio de un periodo de descanso imprescindible. En estas semanas más frescas, la planta almacena energía, fortalece sus raíces y reorganiza sus recursos para florecer con más fuerza en primavera. 

Lo importante no es estimularla de forma artificial, sino reproducir las condiciones que tendría en su hábitat natural: menos agua, luz regulada y un contraste suave entre el día y la noche.

En otoño, el riego debe reducirse al mínimo. Conviene dejar que el sustrato se seque casi por completo antes de volver a hidratar y asegurarse de que la maceta drena sin problemas. El exceso de humedad es el mayor enemigo en esta etapa, ya que las raíces pueden pudrirse con facilidad. La consigna es simple: menos riegos y más control.

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Sin sol directo

La luz también marca la diferencia. Un espacio luminoso, sin sol directo, es el mejor escenario posible. Una ventana orientada al este suele funcionar muy bien: recibe claridad suave por la mañana sin riesgo de quemaduras. El color de las hojas sirve como guía: si se oscurecen, falta luz; si amarillean, reciben demasiada.

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El fertilizante debe esperar. Durante el reposo otoñal, la orquídea no necesita nutrientes extra. Es preferible reservar la fertilización para el momento en que aparezcan nuevos brotes o la futura vara floral. Este paréntesis sin abono permite que la planta se recupere sin forzar un crecimiento que no le corresponde.

Generar contraste térmico

El punto clave del proceso es el contraste térmico. Durante unas semanas, conviene generar una diferencia de cinco a diez grados entre el día y la noche: alrededor de 25 ºC a pleno día y entre 15 y 18 ºC por la noche. 

Este pequeño shock imita las variaciones que la planta experimentaría en la naturaleza y actúa como señal para iniciar la futura floración. Cuando asome la punta verde de la nueva vara, es señal de que todo va por buen camino.

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El otoño también es buen momento para revisar raíces y sustrato. Si alguna raíz aparece blanda u oscura, debe retirarse y sustituirse el material deteriorado. Una Phalaenopsis con raíces sanas responde mejor a los cambios de temperatura, se hidrata correctamente y florece con más vigor en primavera.

Conviene evitar los errores habituales: temperaturas uniformes, riegos constantes, rincones oscuros o abonados fuera de temporada. Esta planta tropical necesita notar el cambio para activar su ciclo. Comprender su ritmo natural es la clave: menos agua, más contraste y una observación atenta. 

Así, cuando vuelva la primavera, la orquídea responderá con una floración renovada y tan llamativa como la primera. Ahora es el momento de darle el mimo que necesita para garantizarse una buena temporada de floración futura.

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