El salmón ahumado es por méritos propios uno de los grandes protagonistas de las mesas de Navidad, pero eso no quita que todo el año sea un producto recurrente y elegante. Es cierto que ya ha trascendido a ese estatus de símbolo, convirtiéndose en un pescado más que habitual, aunque no quita que siga teniendo bastante sofisticación.
Sofisticada es, precisamente, la receta que tenemos para estos aperitivos salados que resuelves en menos de un cuarto de hora y que suenan y saben a Navidad a costa de una buena alianza: salmón ahumado y queso crema, una pareja casi imbatible.
Ciencia no tienen y son tan fáciles de hacer que pueden ser el típico aperitivo que resuelves con algunos de los niños que tengas por casa, pues no hay riesgo de cortes y el único peligro es que se manchen un poco, pero nada que tenga que ver con cazuelas ni agua caliente: un win-win en toda regla para este canapé de salmón, queso crema y miel.
En este caso, ingredientes solo necesitas cinco, pero puedes quitar el que consideres. Nosotros te planteamos una versión de bocaditos con salmón, queso crema, nata, miel y hojas de estragón. Si no quieres estragón, puedes reemplazarlo por cebollino o por eneldo. O quitarlo, pero las tres opciones van bien.
Lo único que debes hacer es mezclar el queso crema, la nata líquida, la miel y las hojas de estragón, salpimentando la mezcla. Luego, la colocáis sobre vuestras tostas o trozos de pan tostado y, sobre ella, las lonchitas de salmoncitos cortado, procurando que queden afines al tamaño del pan. Un auténtico bocato di cardinale que no necesita ni maña ni esfuerzo y que garantiza el resultado.
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