Creo que estas sardinas ahumadas con tomate y su gelatina os van a gustar mucho. Tienen un poco de trabajo, para que negarlo, pero resultan tan bonitas y tan sabrosas que al probarlas se compensa de sobra la parte laboriosa de su elaboración.
Para hacer la receta vamos a preparar unas sardinas ahumadas con una técnica que me enseñó el chef Andrés Madrigal y de paso vamos a dar uso al agua de tomate que os enseñé a preparar hace tiempo. El resultado un fantástico pincho que os sorprenderá a la hora del aperitivo.
Comenzamos con el proceso para preparar sardinas ahumadas. Con este sistema, obtendremos unos lomos de sardina con un ligero toque ahumado, que nos resultarán idóneos para comer en pinchos y aperitivos, aunque también podremos utilizarlas para bocadillos, pizzas, croquetas, canelones, empanadas y otros platos.
En una fuente colocamos una capa de sal gorda, añadimos dos cucharadas de azúcar y espolvoreamos con jengibre en polvo. Sobre esta capa vamos colocando los lomos de las sardinas con la piel hacia arriba y los dejamos que se curen durante 6 horas. Pasado ese tiempo, sacamos las sardinas, las lavamos bajo el grifo y las secamos bien. Después las dejamos sumergidas en aceite de oliva durante una hora.
Las sardinas ya se podrían consumir así, pero para darles el toque ahumado, las colocamos en sobre una pizarra o un plato resistente al calor, colocamos unas ramitas de tomillo, romero o las hierbas que más nos gusten y las prendemos fuego, las tapamos con una fuente de Pyrex o similar para que el humo no se escape, y las dejamos ahumarse ahí durante unos minutos.
Para preparar la gelatina de agua de tomate, necesitamos tener agua de tomate que habremos elaborado triturando unos tomates, dejando el zumo colado en el congelador y descongelando lentamente el zumo dentro de la nevera. Después habremos separado el agua de tomate que estará en la parte superior del frasco como os enseñé aquí, con ayuda de una jeringuilla.
La gelatina la preparamos siguiendo las instrucciones del fabricante, pero sustituyendo el agua por agua de tomate. Calentaremos una tacita de agua de tomate en la que diluiremos las gelatinas remojadas, mezclándolas con el resto del líquido y dejando en la nevera 2 horas hasta que cuaje. Después, con un tenedor rallamos la gelatina para que quede como en las fotos.
Para montar el pincho, tostamos unas rebanadas de pan, pinchamos en una brocheta una sardina ahumada y la clavamos sobre un trozo de tomate que dejamos en un lado de la tostada. Rellenamos el hueco libre con una buena cucharada de la gelatina de agua de tomate y listo para servir.
Con qué acompañar las sardinas ahumadas con tomate y su gelatina
Estas sardinas ahumadas con tomate y su gelatina, resultan un pincho elegante para disfrutar a la hora del aperitivo. Con un vino blanco bien frío o con una cerveza, serán un bocado inolvidable. Ya veréis qué bien quedáis con ellas y cuánto os van a gustar.
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