Este verano ha sido todo un descubrimiento unas revistas antiguas de recetas que tenía guardadas mi madre y que encontré por casualidad. De ellas he sacado esta receta de calabacines al estilo de Cerdeña que nos han gustado mucho a todos. No conozco esta isla, pero todo lo que huela a Mediterráneo me tiene enamorada.
Como ya sabéis los que me seguís, intento ser lo más práctica posible en la cocina, por eso me gustan aquellos platos que ahorran tiempo y permiten organizarme.
Esta receta reúne estas dos cualidades, pues podéis prepararlos con antelación y calentarlos antes de servirlos. También admiten congelación.
Empezamos lavando y despuntando los calabacines. Los cortamos a lo largo en dos partes y los vaciamos, dejando al menos 1/2 cm de pulpa adherida a la piel. Picamos la pulpa y la salteamos en una sartén con aceite, hasta que pierda todo el jugo que irá soltando.
Condimentamos con el pimentón, el comino, el ajo picado, la sal y la pimienta. Retiramos del fuego y dejamos enfriar. Desmenuzamos el queso y lo añadimos a la pulpa junto a la miga de pan rallada, el cilantro, la menta y los piñones. Salpimentamos y mezclamos.
Distribuimos el rellenos preparado entre los calabacines, que colocaremos en una fuente refractaria untada con aceite. Los rociamos con un buen chorro de aceite de oliva y los horneamos a horno precalentado a 200ºC durante unos 30 minutos o hasta que estén bien dorados.
Con qué acompañar los calabacines
La receta original aconsejaba acompañar esta receta de calabacines al estilo de Cerdeña con una salsa de yogur. Yo no la hice porque sabía que en casa estarían más contentos con un plato de patatas fritas, pero si os apetece sólo tenéis que mezclar yogur con zumo de limón, ajo y perejil y aliñarlos con aceite y sal. Si os animáis ya me contaréis.
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