Está de moda que las cosas parezcan lo que no son, los cuartos de baño parecen cocinas y las cocinas laboratorios. A todo este despiste contribuyen los nuevos utensilios de corte minimalista que se alejan a paso firme de las formas tradicionales. Antes los saleros lo parecían a kilómetros de distancia, veíamos uno de lejos y corríamos hacia él con ganas de sazón.
Pero ahora hay que tener cuidado, ya que podemos confundirnos si nos dejamos guiar solo por esa costumbrista intuición. Para muestra un botón, o mejor dicho, un tubo de ensayo, que es lo que parece Kyoto, este conjunto de sal y pimienta. Lo único que los salva del desconcierto es que no están realizados en cristal, sino en porcelana blanca y negra.
Se me antojan algo inestables, ya que se apoyan necesariamente sobre el tapón de corcho que tapa el extremo por el cual se rellenan, y dada su altura es posible que sean firmes candidatos a accidentes varios, con fatal derramamiento de sal incluido. Son un prototipo diseñado por Sébastien Maleville.
Vía | Compradicción En Directo al Paladar | Probablemente los saleros más feos del mundo En Directo al Paladar | Sal y pimienta en cubos Rubik
