Los siete restaurantes centenarios de España que más nos gustan

Los siete restaurantes centenarios de España que más nos gustan
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Uno de los negocios más complicados de gestionar es de la restauración. Cierto es que en España son muchos los que abren cada año, pero igualmente son muchos los que cierran. Sobrevivir uno, cinco, diez años, por poner cifras, a los vaivenes del tiempo y los cambios sociales, culturales, económicos, etc. es un logro considerable, pero sobrevivir durante más de cien años es algo digno de alabanza.

España reúne a más de una centena de restaurantes centenarios (valga la redundancia), según el Círculo de Restaurantes Centenarios. Dispersos por toda la geografía del país y con personalidades propias, los restaurantes centenarios comparten el respeto por las tradiciones, el buen hacer en la gestión, el sacrificio y el trabajo. Imposible traeros todos, así que hemos hecho una pequeña selección y estos son los siete de los restaurantes centenarios de España que más nos gustan. Os contamos un poco sobre cada uno de ellos.

Los siete restaurantes centenarios de España que más nos gustan

En estos restaurantes, historia y cultura se unen al placer de un buen plato. Quien acude a ellos sabe que disfrutará de recetas que nunca pasan de moda, de grandes clásicos (muchos reinventados), y que conocerá, a través de su cocina, gran parte de la historia del país. Los restaurantes más antiguos de España son esencia, cariño y amor por la cocina, estos son nuestros elegidos.

1. Botín

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Calle Cuchilleros, 17 (Madrid)

Según el Libro Guinees de los Records, Botín es el restaurante más antiguo del mundo, fundado en 1725 por el francés Jean Botín. En 1930 pasó a manos de sus sobrinos y cambió su nombre a Sobrino de Botín. Es la cuna castiza del cochinillo y el cordero asados, de los que se dice ser los mejores de Madrid, que se siguen asando con madera de encina en el horno original.

2. Lhardy

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Carrera de San Jerónimo, 8 (Madrid)

La modernidad gastronómica llegó a Madrid con la apertura de Lhardy en 1839, de la mano de su fundador Emilio Lhardy. En un edificio cercano a la Puerta del Sol de Madrid, el afamado restaurante se ocupa tres plantas y seis salones. Cuentan las malas lenguas que en uno de ellos, el salón japonés, Isabel II se citaba con sus amantes. Visitar este establecimiento es viajar en el tiempo, pues todo se conserva tal cual se encontraba en sus inicios.

Ha sido centro de reunión de personalidades y políticos desde sus inicios hasta la actualidad. Pero no son estos sus únicos clientes, pues Lhardy sigue atrayendo diariamente a un gran público deseoso de probar sus especialidades más castizas como los callos a la madrileña, el cocido o la taza de caldito del samovar.

3. Casa Duque

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Calle Cervantes, 12 (Segovia)

Desde 1895, Casa Duque mantiene su buena reputación como lugar de referencia en el que disfrutar de un excelente cochinillo en la ciudad de Segovia. Ya son cuatro las generaciones de la familia Duque que lo han regentado quienes, durante años, han deleitado a sus clientes con el arte del buen comer. Junto con el cochinillo, el suflé de colas de cangrejo de río con salsa de gambas y el ponche segoviano son sus platos más emblemáticos.

4. Casa Gerardo

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Carretera AS-19, Km. 9 (Prendes. Asturias)

Abrió sus puertas en 1882 y, desde entonces, su familia propietaria no ha parado de trabajar. En la actualidad lo regentan la cuarta y quinta generación de cocineros: Pedro y Marcos Morán. Es la historia culinaria de la Asturias contemporánea, aunque en su menú también hay espacio para la innovación. Sus creaciones más conocidas, la fabada desgrasada, la merluza a la sidra o la crema de arroz con leche, son de lágrima.

5. Set Portes

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Paseo de Isabel II, 14 (Barcelona)

El Set Portes comenzó su andadura como un café de lujo en 1836, para cambiar en 1929 a convertirse en el restaurante que hoy en día conocemos. Es uno de los más populares y célebres locales de Barcelona, famoso por sus arroces. Durante años fue punto de encuentro de políticos e intelectuales, pero su público se ha extendido al mundo de los expertos gastronómicos que ocupan sus salones con frecuencia en la actualidad.

6. Arzak

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Avenida Alcalde José Elosegui, 273 (San Sebastián)

No todos saben que Arzak es un restaurante centenario (yo, desde luego, lo ignoraba hasta hoy). Fueron los abuelos de Juan Mari quienes, en 1887, montaron un local que recibió popularmente el nombre de “alto de los vinagres”, por la calidad de los vinos que allí servían. Su madre dio un paso más con los chipirones en su tinta o la merluza en salsa verde, una estela que siguió su hijo, referente de la Nueva Cocina Vasca, y ahora su nieta, Elena.

7. El Portal de Echaurren

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Calle Padre José García, 19 (Ezcaray)

El Portal de Echaurren es el restaurante de un negocio familiar que abrió sus puertas en 1898, que conserva la memoria de la cocina de toda la vida de Marisa, madre del actual "capitán", Francis Paniego. Ambos, madre e hijo, son Premio Nacional de Gastronomía. Sus croquetas son inigualables y famosas a lo largo y ancho del país. El Portal fusiona con maestría lo tradicional y la innovación y sus menús degustación son un espectáculo de sabores y armonías, todo en un ambiente muy cuidado.

Imágenes | Tamorlan en Wikimedia Commons y webs propias de los restaurantes mencionados
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