Mi padre siempre suele decir que con un buen pan y buena mantequilla sólo necesita una buena copa de vino para tener una comida de humilde lujo. Y yo estoy de acuerdo, la combinación de mantequilla y pan es una de las más irresistibles que podemos encontrar, a pesar de su simpleza. El fotógrafo Mathieu Lévesque parece opinar lo mismo, pues no en vano ha trabajado en una serie de bellas imágenes que son una oda a la pareja del pan y mantequilla.
En Mixeur/Beurre & Idées, este artista, junto con la colaboración de los estilistas Noah Witenoff y Marie Hélène Lavoie, va más allá de la mera imagen de mantequilla untada en pan para mostrarnos composiciones artísticas de gran belleza donde juega con formas, colores y texturas, con la mantequilla como principal protagonista.
Lévesque es un fotógrafo francés profesional especializado en la fotografía culinaria, aunque también realiza trabajos de moda y belleza, normalmente para publicidad. Visitando su portfolio es fácil captar el estilo particular de su forma de fotografiar los diferentes objetos, siempre con composiciones muy cuidadas, elegantes, con cierto aire minimalista.
Su método de trabajo comienza con una visualización mental del diseño y una primera aproximación a lo que será la composición final, casi como un arquitecto que se enfrenta a la construcción de un edificio. En sus obras consigue destacar la esencia de cada objeto fotografiado dándole el máximo protagonismo pero consiguiendo ofrecer un punto de vista novedoso para el espectador.
Con esta serie de fotografías parece rendir homenaje a esa pareja de productos que tan irresistible resulta, la mantequilla y el pan, ingredientes sencillos pero seductores. La mantequilla puede presentarse de mil formas y texturas, y lo mismo ocurre con el pan, elevándose a objetos artísticos bajo el objetivo de su cámara.
El aroma del pan recién hecho, con el crujir de la corteza al cortar las rebanadas y su miga tierna aún caliente, la mantequilla fundiéndose con ella a medida que la untamos, liberando su perfume lácteo… La verdad es que la relación de pan y mantequilla tiene algo de romántico y seductor. Las fotografías de Mathieu Lévesque la elevan además a la categoría de arte.
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