"Recargo para adultos incapaces de ser padres", el restaurante que cobra un suplemento si los niños molestan

El restaurante Toccoa Riverside, situado en la Cordillera Azul, al norte de Georgia en Estados Unidos, presume de ofrecer un espacio en plena naturaleza junto al río para relajarse con comida local. El problema es que en esa imagen idílica no parecen encajar los molestos niños. Sin renunciar a su carácter de establecimiento familiar, en lugar de prohibirles la entrada han optado por una técnica preventiva algo pasivo agresiva.

"Recargo por adulto: para adultos incapaces de ejercer de padres". Este escueto mensaje, acompañado de tres símbolos del dólar, avisa al final del menú de la sanción que el local no dudará en aplicar a la cuenta final si considera que los niños de la mesa no se han comportado correctamente. Un ejemplo más de 'niñofobia' en la hostelería que no ha sido muy bien recibido en las redes cuando se ha vuelto viral a raíz de un hilo de Reddit.

Aunque no se especifica la cantidad de dicho recargo, dando a entender que será 'discrecional' parece que 50 dólares es el suplemento habitual del que ya han protestado diversos clientes, sorprendidos e indignados al encontrarse con la cifra extra en su cuenta. No tanto por el coste en sí, sino porque la mayoría de quejas aluden a la poca comprensión y empatía que tienen los propietarios con niños que no se han portado mal.

En declaraciones a Today, Lyndsey Landmann cuenta cómo pensaba que se trataba de una broma cuando vio el recargo en su ticket. Landmann estuvo comiendo con su familia y varios amigos, todos padres, sumando once niños con edades comprendidas entre los tres y ocho años. Y, en su opinión, se comportaron muy bien toda la velada.

Todo se torció cuando, tras los postres, algunos adultos bajaron hasta el río con los pequeños, movimiento que no sentó nada bien al propietario, que acudió en persona a quejarse. Y lo hizo de malas maneras, apunta Landmann, acusándoles de hacer demasiado ruido enfadado porque "correteaban fuera". Incluso llegó a decirles que su sitio era un Burger King y no su restaurante.

En las reseñas del local otros clientes han dejado comentarios parecidos, denunciando que el suplemento niñofóbico parece cobrarse sistemáticamente, aunque los niños nunca hayan montado follón.

Los responsables de Toccoa Riverside se han negado a hacer declaraciones a los medios estadounidenses al respecto de la polémica, pero un empleado anónimo solo ha comentado que esa política de empresa la llevan aplicando desde hace años, y que lo único que quieren es vivir en el bosque y cocinar.