Hace un par de semanas estuve en Londres para visitar a una buena amiga y aprovechando que estaba por allí, quise visitar los restaurantes de Jamie Oliver. La casualidad quiso que mientras buscaba uno de ellos, el navegador del móvil me hiciese encontrar Barbecoa butchery, la carnicería de Jamie Oliver.
Resulta que con el mismo nombre de Barbecoa, su restaurante dedicado a las carnes, Jamie ha abierto también otro negocio, el Barbecoa Butchery, una carnicería situada junto a St. Paul's Cathedral donde ofrece un montón de productos y servicios interesantes.
Esa feliz casualidad de que mi navegador confundiera el restaurante con la carnicería, fue uno de los mejores momentos de mi viaje. Allí fue donde adquirí el T-bone del que os hablé hace unos días.
Como habréis visto en la fotografía de portada, el aspecto de la tienda bien podría ser el de una tienda de modas pero tras los cristales se encuentra una auténtica carnicería. En su interior podemos ver todo tipo de cortes de carnes y por supuesto, también las canales de los grandes animales, que están a la vista en cámaras de maduración tras los cristales.
El personal que allí trabaja, utiliza cara al público todo tipo de herramientas para hacer su trabajo. Además de los clásicos cuchillos de carnicero, podemos verles trabajar con hachas, sierras y otras herramientas sobre grandes tacos de madera.
En la carnicería, además de pedir filetes, chuletones o costillares, podemos encontrar platos precocinados de carne, como tournedós, hamburguesas de carne añeja, piezas de ternera rellena y otros platos de carne listos para calentar o para asar. Por supuesto todo lo necesario para aliñar las carnes está a la venta y se ofrecen hasta virutas de madera americana para ahumar las carnes.
Todo lo que compréis allí, (no es excesivamente caro) lo preparan para llevar y si así se pide lo envasan al vacío sin coste adicional. Lo curioso es que además de vender las carnes, los libros de Jamie y todos los accesorios para ser un buen parrillero, también ofrecen talleres.
En las instalaciones de la carnicería, fuera de las horas en las que está abierta al público, se ofrecen cursos de carnicería en los que los aficionados pueden aprender a deshuesar un pollo, a cortar en piezas una canal de cordero o despiezar una ternera.
Lástima que no tuviera demasiado tiempo libre para haber hecho alguno de esos cursos. Por lo menos pude comprar unas hamburguesas de carne añeja de buey con tuétano y unos T-Bone de Barbecoa Butchery, la carnicería de Jamie Oliver. Os aseguro que volveré a visitarla en mi próximo viaje a Londres.
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