Serían 70 los años que Panaderías Bizkarra cumpliría en el año 2027, pero no podrá ser. Convertida en un clásico dentro de los obradores vizcaínos, la empresa echará el cierre el próximo 30 de junio, como ha advertido la actual gerencia en su página web y en sus redes sociales.
Con ello, se pone fin a una aventura familiar que empezó en el año 1957 en manos de Esteban Bizkarra, al que seguirían posteriormente su hijo Luis Mari y, más tarde, Eduardo, nieto del fundador, al frente del negocio en los últimos años.
Con doce tiendas y un par de obradores, Bizkarra contaba con una fuerte implantación en varias localidades vizcaínas, especialmente en Galdácano, con cinco tiendas, pero también presente en localidades como Basauri, Lemoa, Usánsolo –germen de la panadería original– o la propia villa de Bilbao, con un par de establecimientos en las calles Licenciado Poza y Julián Gayarre.
En el escueto comunicado, la empresa se limita a dar las gracias por estos más de 65 años, asegurando que "ha sido un privilegio" y anunciando el cierre tanto de las tiendas como de los obradores el próximo 30 de junio.
Aunque no han trascendido las razones del cierre, fuentes locales como El Correo hacen alusión a una delicada situación económica que se habría arrastrado en los últimos años, razón por la que la pervivencia de Panaderías Bizkarra se haría insostenible.
En este caso, la publicación de la propia empresa advertía que "después de un periodo de reestructuración en el que no se ha podido hacer viable continuar la actividad, como pretendíamos, el 30 de junio cerrará sus puertas Bizkarra".
Atrás quedan décadas de trabajo y panes, también de algunos de sus clásicos de pastelería, una de las bazas más potentes de Panaderías Bizkarra, donde en buena parte del ideario colectivo de localidades como Galdácano o Usansolo estaban bien establecidos con dulces como los pasteles de arroz, las carolinas o los pasteles vascos.
También habían hecho fama con sus trufas, habiéndose atrevido a incluir en algunas de ellas sabores tan atípicos como el queso, el aceite o la intxaursalsa. Lo que no ha trascendido del cierre, aparte de los motivos, es cuántos empleados perderán su puesto de trabajo con el adiós de Panaderías Bizkarra.
Imágenes | Panaderías Bizkarra
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