Aunque en la sección de congelados o en la de conservas encontramos guisantes durante todo el año, la primavera nos trae los guisantes frescos de temporada, una legumbre deliciosa que con su sabor dulce y su textura crujiente da gusto usar en la cocina. Por eso hoy queremos enseñaros cómo sacar partido a los guisantes en plena temporada.
Los guisantes son una variedad de legumbre que nace dentro de una vaina, como sus parientes las alubias y que tienen diferentes tamaños, desde el más grueso al calibre más pequeño, conocido como guisantes lágrima, tan tiernos que se pueden tomar hasta en crudo. Las distintas variedades determinan que haya algunos guisantes más harinosos y otros más crujientes.
Los guisantes son una legumbre de temporada que encontramos en primavera, y tienen muchas propiedades nutricionales, ya que además de fibra y vitaminas, tienen también proteínas como todas las legumbres, además de hidratos de carbono y minerales, con una carga calórica ligera de unas 90 calorías por cada 100 g.
Cómo sacar partido a los guisantes
Tras desgranar los guisantes y sacarlos de su vaina, lo habitual es cocerlos para dejarlos tiernos y en su punto. El problema es que muchas veces los guisantes se cuecen de más, perdiendo su bonito color verde y tornándose de color pardo, poco atractivo a la vista.
Nuestro consejo es cocerlos muy poco tiempo, máximo un par de minutos y enseguida, servirlos en el plato como guarnición, saltearlos ligeramente o -si no se fueran a consumir en el momento- enfriarlos inmediatamente para cortar la cocción y fijar el color.
Otra forma de cocinarlos, es la técnica de la cocción al vapor, tarea que podemos hacer metiéndolos en un cestillo de bambú tipo oriental colocado sobre una cacerola con un dedo de agua hirviendo, o de forma sencilla, colocándolos en un colador situado sobre la cacerola. En tres o cuatro minutos estarán en su punto, listos para utilizarse.
Nuestras recetas con guisantes
Uno de los usos más comunes para los guisantes, es utilizarlos como guarnición de platos principales. Mi preparación preferida en ese sentido es la guarnición de guisantes a la menta, una receta de origen británico que aporta frescor y gusta siempre.
Como guarnición de recetas de carne o de pescado, unos guisantes bien cocidos aportan sabor, color y nutrientes, completando los platos principales. Así lo hicimos para este codillo asado a la belga con guarnición de guisantes que quedó en su punto. Para guarnición de platos de pescado, podemos utilizar los guisantes cocidos o en crema con en esta receta en la que acompañan unos tacos de atún.
Como plato principal, es común transformar los guisantes en una crema, que tendrá un bonito color verde intenso y que puede acompañarse de otros ingredientes. Un buen ejemplo es esta crema de guisantes con brandada de bacalao o esta crema de guisantes a la menta para tomar en frío, que resulta ideal para disfrutar con los primeros calores de la primavera.
También es frecuente -aunque esto tiene muchos detractores- encontrar guisantes en recetas de arroces cocinados en paella. Un ejemplo este arroz de sepia y guisantes que publicamos hace tiempo.
Por último, como ingrediente para otras preparaciones, podemos usar los guisantes para hacer unas tortitas saladas, mezclándolos con harina de otra legumbre como el garbanzo. También podemos triturarlos como los garbanzos para hacer un hummus verde, o utilizarlos en recetas de smoothies, batidos y gazpachos.
Con todas estas posibilidades culinarias y siendo un alimento tan fresco y de temporada en primavera, espero que ahora que sabéis cómo sacarle más partido en la cocina a los guisantes frescos, aprovechéis para cocinarlos más a menudo.
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En Directo al Paladar | Guisantes a la menta. Receta de guarnición