Sopa fría de guisantes a la menta: receta para un día de calor

Sopa fría de guisantes a la menta: receta para un día de calor
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Combinar guisantes con menta es algo muy típico del Reino Unido. Recuerdo la primera vez que lo probé, hace ya unos cuantos años, qué extraña me resultó la combinación de sabores pero qué interesante. Conforme han ido pasando los años, mi gusto por esta mezcla ha crecido y, con el, las ganas de probarla en nuevas elaboraciones, como esta sopa fría de guisantes a la menta.

Cuando el verano llega y el calor aprieta, apetece mucho cambiar nuestros menús e incorporar todo tipo de sopas frías y gazpachos: ajoblanco de remolacha, salmorejo, gazpacho, etc. Pero no son las únicas opciones que tenemos. Por ello, os animo a que probéis la sopa fría de guisantes a la menta, una receta perfecta para un día de calor.

Ingredientes

Para 4 personas
  • Chalota 4
  • Guisantes congelados 300 g
  • Caldo de verduras (pollo o carne suave) 500 ml
  • Hojas de menta fresca 12
  • Leche evaporada 100 ml
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Crème fraîche para decorar
  • Cebolla frita crujiente para decorar
  • Sal
  • Pimienta negra molida

Cómo hacer sopa fría de guisantes a la menta

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 35 m
  • Elaboración 15 m
  • Cocción 20 m

Pelamos las chalotas y las picamos en trozos regulares, no muy grandes. Calentamos el aceite de oliva suave en una cacerola y, cuando esté caliente, agregamos la chalota para pocharla a fuego suave. Tapamos la cacerola y esperamos, aproximadamente, 10 minutos. No tardará mucho más en reblandecerse y cambiar de textura y aspecto, tornándose transparente.

A continuación, agregamos los guisantes y removemos. Estos pueden estar congelados o no, el resultado no cambiará entre uno y otro. Subimos el fuego para que la mezcla no tarde en levantar el hervor. Cuando alcance este punto, agregamos el caldo de carne suave y dejamos que la mezcla hierva durante, aproximadamente, 10 minutos. Contaremos desde el momento en que el conjunto comienza a hervir de nuevo.

Transcurrido este tiempo, retiramos la cacerola del fuego y trituramos la mezcla con una batidora de mano, un robot de cocina o lo que tengamos disponible. Separamos las hojas de menta de los tallos y las lavamos bien bajo un chorro de agua fría. Las agregamos a la cacerola, trituramos una segunda vez y levantamos de nuevo el hervor.

Pasamos la sopa por un chino o colador fino. Agregamos la leche evaporada y ajustamos el punto de sal y pimienta al gusto. Podemos sustituir la leche evaporada por nata líquida, si queremos obtener una sopa más cremosa. Sea lo que sea que elijamos, en este punto dejamos enfriar la sopa hasta el momento de consumir.

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Con qué acompañar la sopa fría de guisantes a la menta

Servimos la sopa fría de guisantes a la menta con una quenelle de crème frâische, un pellizco de cebolla frita crujiente y un grissini. Podemos, también, añadir jamón serrano secado al horno o en microondas, para darle un toque de sabor que contraste con la ligereza de los guisantes y la menta.

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