Primas hermanas de las [crêpes], las filloas, pero a la gallega. Elaboradas con leche (pero también, ocasionalmente, con sangre de cerdo), en su variedad con anís las filloas cambian de nombre y pasan a conocerse como freixós.
Se trata esta de una receta muy fácil de poner en marcha que solo necesita un poquito de tiempo de reposo de la masa y luego serán un festival del buen comer.
Aunque lo normal si hacemos freixós es comerlos solos, también se pueden acompañar de nata, chocolate y otros elementos, e, incluso, rellenar de crema pastelera y luego flambearse como a veces se hace con las filloas.
Lo que sí os aseguramos es que hagáis la receta que hagáis, estos freixos son espectaculares para una merienda, un desayuno o como postre después de una buena comida pues, además, no son nada pesados.
En un robot de cocina o con la batidora de vaso trituramos todos los ingredientes menos el tocino y dejamos en la nevera al menos 30 minutos.
En una sartén antiadherente a fuego medio, pintamos con el tocino y retirar el exceso con un papel de cocina.
Ir incorporando la masa justa para que queden lo más finas posibles y cocinamos un minuto por un lado y 30 segundos por el otro.
Con qué acompañar los freixos o filloas de anís gallegas
Podemos rematar una comida de estilo gallego a base de pote o de caldo, algún churrasco o simplemente con buen marisco y luego terminar al ritmo de los freixos, opción ideal para postre para cualquier merienda.
En DAP | Tarta de Santiago
En DAP | Bica gallega