En una receta anterior habréis podido ver que utilizábamos las escamas de sal de vino, ahora os vamos a explicar cómo hacerla en casa, ya que es algo muy sencillo y más económica que la Sal Fleur de Merlot, Cabernet y Syrah de la que os hablamos hace ya más de un año.
Se puede hacer con escamas de sal, con sal gorda o con sal común. Nosotros preferimos la sal en escamas, pues además es ideal para dar color y vistosidad a los platos. El tema está en impregnar la sal con el vino que hayamos escogido y dejarlo reposar hasta que se evapore por completo.
Si deseas la sal de Merlot, basta con agregar vino elaborado a partir de esta variedad de uva a la sal, e igual con cualquier otra variedad, el color lo cogerá de inmediato, el sabor, difícilmente superará al de la sal, pero en combinación con otros ingredientes, sí se puede percibir ligeramente el vino que hayamos utilizado. Nosotros hemos preparado las escamas de sal de vino con garnacha, podéis apreciar el bonito color que ha adoptado además de la sutileza mencionada en el paladar.
También preparamos unas escamas de sal de vainilla, esta es ideal para algunos platos como el pato, el foie… y muchas otras elaboraciones que hay que probar. La técnica es la misma, impregnar las escamas de sal en esencia de vainilla (como sabéis la vainilla es muy oscura).
Ahora sólo hay que dejar volar la imaginación y hacer que la sal con la que aderezamos nuestros platos tenga el toque de sabor y aroma que nos interese.
Nuestra recomendación es no excederse en el líquido y dejar que se evapore en un lugar cálido para poder utilizarla cuanto antes.
¿Qué ideas nos propones tú?