Si hay algo que devalúa la calidad de una galleta, es el exceso de azúcar o cualquier edulcorante alternativo. Las mejores pastas o galletas caseras son las que no cansan por empalagamiento, cediendo el protagonismo a otros ingredientes, como podría ser la mantequilla, las especias o el chocolate.
Esta receta de galletas de espelta, avena y cacahuetes, adaptada del libro Wholefood baking de Jude Blereau, es deliciosa en su juego de texturas y aromas rústicos. Nutritivas, pero sin dejar de ser un bocado dulce para momentos puntuales, resultan ideales para la sobremesa o la merienda, esos días en los que necesitamos un empuje de energía extra para seguir adelante con la jornada.
Mezclar en un recipiente las harinas, los copos de avena, la levadura química y la sal. Aparte, batir la mantequilla blanda con la panela usando batidora de varillas, hasta que se forme una crema. Incorporar el huevo y batir un poco más.
Echar los ingredientes secos en tres tandas, batiendo un poco las dos primeras veces con la batidora, a velocidad baja, y terminar de mezclar con una espátula. Echar los cacahuetes y mezclar para incorporarlos bien.
Tapar con film y dejar enfriar en la nevera como mínimo una hora. Se puede dejar toda la noche. Antes de hornear, precalentar el horno a 180ºC y preparar dos bandejas con papel sulfurizado
Tomar porciones regulares de masa usando una cucharilla y formar bolitas con las manos. Colocar en las bandejas dejando una separación de 5 cm. Aplastar ligeramente con un tenedor apra formar discos.
Si se pegaja demasiado, es que se ha calentado la masa. Devolver a la nevera unos 10-20 minutos para que se endurezca un poco y continuar. aplastando las galletas.
Hornearlas durante 10-12 minutos, hasta que estén doradas y firmes al tacto. Esperar un par de minutos fuera del horno y dejar enfriar las galletas totalmente sobre una rejilla. Guardar en recipiente hermético.
Con qué acompañar las galletas de espelta y cacahuetes
Por su juego de texturas y sabores, con esa presencia marcada del fruto seco, estas galletas maridan deliciosamente bien con una taza de café en la sobremesa o a la hora de la merienda. Son estupendas también para mojar en un vaso de leche o bebida vegetal fría, y pueden acompañar a un buen té o infusión aromática. En realidad, al no ser muy dulces, apetecen a cualquier hora del día, como capricho para recargar energías.
Wholefood Baking: Wholesome Ingredients for Delicious Results
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