Recientemente hemos descubierto este aperitivo y solo podemos decir que es uno de los mejores que hayamos podido probar. Estas almejas chilenas a la parmesana son toda una explosión de sabor en boca. Nos gustan tanto y son tan fáciles y rápidas de preparar (15 minutos y listas) que no paramos de hacerlas. Ya sea para nosotros mismos o para nuestros invitados, entre los que están resultando un triunfo.
El origen lo encontramos en la cocina chilena, donde las machas a la parmesana son un clásico. La receta original se hornea en la propia concha de la macha, añadiendo un pegote de mantequilla y queso parmesano rallado. Como ocurre a menudo, el original cuenta con varias versiones y nuestra receta de almejas chilenas a la parmesana es una de ellas. El añadido de créme fraîsche y vino blanco las convierte en un auténtico bocato di cardinale.
En un recipiente hondo mezclamos la créme fraîche o nata líquida con el vino y salpimentamos ligeramente. Cortamos unos dados pequeños de mantequilla. Escurrimos bien las almejas sobre un colador de malla fina y secamos ligeramente con papel absorbente. Rallamos un poco de queso Parmesano, lo necesario para espolvorear la superficie de cada cucharita.
Colocamos dos almejas por cucharita (o una si son muy grandes) y encima el dado de mantequilla. Cubrimos con la mezcla de crema y vino y, por último, con el queso parmesano rallado. Gratinamos durante cinco minutos o hasta que la superficie esté dorada. Retiramos y dejamos atemperar un par de minutos antes de servir.
Con qué acompañar las almejas chilenas a la parmesana
Insistimos en que estas almejas chilenas a la parmesana están tan deliciosas que, posiblemente, no las queráis compartir con nadie ni acompañar de nada. Aunque una copa de vino blanco seco, bien frío, le va de maravilla. Aseguraos de hacer un buen cargamento para que podáis repetir, tripitir y más.