El caqui y su variedad persimón todavía no gozan de la popularidad que se merecen, o al menos no tanto como otras frutas de temporada. Pero cuando llegan los primeros ejemplares al mercado me falta tiempo para llenar la cesta, y cada vez me gusta más usarlos en recetas. De elaboración rápida y sencilla son estas tostas de caqui persimón, pera y mozzarella un picoteo otoñal perfecto para esta época.
Están inspiradas en la versión de otoño de la ensalada caprese, muy popular por las redes anglosajonas y de la que he visto ya muchas variaciones distintas. Podéis usar hojas de albahaca fresca si tenéis en casa, pero yo quise dejar el mayor protagonismo a la fruta empleando en su lugar brotes de espinaca fresca, de sabor muy más suave y que combina muy bien con el queso.
Cortar el pan en rebanadas de un dedo de grosor -un dedo no muy gordo-. Yo prefiero hacerlo colocando el cuchillo de sierra un poco en diagonal, pero se pueden hacer cortes rectos, al gusto. Escoged una buena barra de pan, tipo baguette, con semillas o cereales para que tenga más sabor.
Lavar y secar bien la fruta. Escurrir la mozzarella del suelo y secar con papel de cocina; rebanar. Cortar en láminas finas el persimón y la pera, retirando el corazón o semillas cuando sea necesario. Si son frutas grandes, cortar cada rebanada por la mitad.
Pintar el pan con aceite de oliva virgen extra y tostar en una sartén. Montar las tostas alternando capas de pera, persimón, hojas de brotes de espinaca y queso. Añadir un golpe de pimienta negra entre las capas o sobre el queso, y coronar con unas gotas de buen vinagre balsámico; yo tengo uno de frambuesa que va muy bien.
Con qué acompañar las tostas de otoño
Lo que más me gusta de preparar tostas como estas de persimón, pera y mozzarella es su versatilidad a la hora de la degustación. Podemos servirlas a la hora del aperitivo, como picoteo con invitados, para empezar una cena o comida o, simplemente, como parte de un menú de tapeo.