Cocinadas a fuego lento con ajo, especias y aceite de oliva, estas costillas quedan jugosas y muy melosas, una auténtica delicia de la que podrás disfrutar cualquier día de la semana.
Las costillas de cerdo además de comerse a la parrilla y con una buena capa de salsa barbacoa, son ideales para cocciones lentas y a fuego lento donde se impregnan del sabor de los ingredientes que pongamos en la cazuela.
Jugosas y tiernas, nuestras costillas de cerdo al ajillo requieren muy poquitos ingredientes y ninguna técnica especial de cocina, lo que quiere decir, que cualquiera (incluso sin experiencia previa) puede preparar esta deliciosa receta en casa sin complicaciones y con un resultado espectacular.
Primero marcaremos las costillas en una cazuela con un buen chorro de aceite de oliva hasta que queden doraditas por todas partes. Retiramos las costillas de la cazuela.
Chafamos los ajos, los pelamos, y los sofreímos 3 minutos a fuego medio. Incorporamos de nuevo las costillas en la cazuela, agregamos las hierbas, salpimentamos, y vertemos el vino blanco y el caldo de pollo. Dejamos cocer 1h15 minutos a fuego medio bajo.
Con qué acompañar las costillas de cerdo al ajillo
Podrás acompañar estas jugosas costillas con tus guarniciones favoritas, como unas patatas fritas que siempre son un acierto. En nuestro caso, las hemos acompañado con menestra de verduras y arroz blanco cocido para disfrutar al máximo de la salsa.
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