
Una buena barbacoa o parrillada no estará completa sin su selección de salsas en la mesa. Si la carne va a ser la estrella de la función, esta salsa barbacoa casera será el acompañamiento perfecto para ponerle esa guinda extra de sabor y jugosidad, que además podremos aprovechar en otras elaboraciones, como unas costillas asadas o incluso verduras a la plancha.
Aunque esta salsa tiene un sabor diferente a las que se suelen vender comerciales, porque no le añadimos ese toque de humo típico, resulta deliciosa por méritos propios. Si os gusta con un punto picante podéis añadirle, en lugar de pimentón dulce, una pizca de la variedad picante, o un poco de sriracha, chile en polvo o harissa.
Comenzaremos colocando al fuego una sartén con el aceite de oliva, añadimos la cebolleta picada menuda y el diente de ajo con el azúcar moreno. Lo sofreímos todo durante unos minutos hasta que comience a caramelizar. Salpimentamos. Retiramos del fuego.
Añadimos el kétchup, el concentrado de tomate, la salsa Worcestershire, la miel y el pimentón, con un toque picante opcional. Mezclamos y trituramos con una batidora, hasta que quede homogénea. Probamos y rectificamos de algún ingrediente, si hiciera falta.
Con qué acompañar la salsa barbacoa
La salsa barbacoa casera se conservará una semana en un tarro hermético en el frigorífico. Cundirá para unas cuatro o seis personas, en una parrillada con diferentes tipos de carnes y verduras, o para acompañar costillas, muslitos de pollo, hamburguesas, etc.
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