Si hablamos de frutos secos en cocina, pocos tienen la potencia, presencia y versatilidad que tienen las almendras. Nos pueden valer para marchar un aperitivo a costa de almendras fritas y, a partir de ahí, seguir creciendo en la mesa.
Imposible no pensar en una mazamorra o en un ajoblanco, sopas frías clave de la cocina andaluza, y tampoco del repertorio que las almendras a modo de guarnición tienen en los segundos, sobre todo con las carnes. Del postre, lógicamente, ni hablamos.
Pero hoy os vamos a presentar una salsa de almendras muy fácil de resolver, muy barata y tan práctica que vais a querer utilizarla para todo tipo de platos. Ya sabes que es perfecta para unas albóndigas con salsa de almendras, pero no solo para eso.
Por ejemplo, para salsear un bistec a la plancha o una dorada a la plancha, pero al mismo tiempo para bañar todo tipo de hortalizas salteadas, cocidas o hervidas al vapor, pues una buena salsa de almendras vale igual para la ternera, para una pasta, para el arroz, para unas albóndigas, para el pollo frito o para vestir de fiesta unos tallos de brócoli.
Esta receta es muy fácil de hacer y os va a valer para un montón de recetas. Además, si os sobra, podéis congelarla sin problemas para utilizarla más adelante.
Primero hay que picar cebolla y ajo en juliana y los pochamos sin que cojan color en una cazuela a fuego suave. Añadimos los alcoholes, dejamos que reduzcan y vertemos el caldo de verduras, añadiendo también las almendras y lo cocemos 15 minutos.
Pasado ese tiempo trituramos el conjunto, lo colamos con un colador o cedazo, rectificamos de sal y pimienta y estará lista.
Cómo utilizar la salsa de almendras
La ventaja de esta salsa, si la hacemos en grandes cantidades, es que podemos ir recurriendo a ella sin problemas para otras elaboraciones. Es perfecta para acompañar carnes ligeramente secas o sosas como pueden ser unas pechugas de pollo o de pavo que hayamos cocinado a la plancha, pero también valdría para salsear un entrecot o un solomillo.
Es ideal para bañar unas albóndigas, sean de la carne que sean, o incluso unas albóndigas veganas. Lo mismo que podríamos hacer para salsear una pasta o un arroz blanco, que podemos convertir en un platazo en cuestión de minutos con esta salsa.
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