Usando proteína de soja y ajustando el picante a lo que uno pueda soportar, un buen plato de chili vegetariano sienta de maravilla en cualquier momento del año, aunque en verano habrá que esperar a que se temple un poco. El toque de cacao es opcional, pero muy recomendable ya que potencia los sabores y aporta un aroma ahumado fantástico.
Cubrir las <lubias con agua y dejar en remojo toda la noche. Escurrir, poner en una olla con agua abundante y llevar a ebullición. Cocer según indicaciones del paquete hasta que estén ligeramente tiernas, alrededor de una hora. Escurrir y reservar, guardando el agua de cocción.
Picar bien fina la cebolla y los dientes de ajo. Limpiar y trocear el apio, las zanahorias y los pimientos. Poner a calentar unas cucharadas de aceite en una olla o cazuela y pochar la cebolla con el ajo unos minutos. Poner la soja en un cuenco y cubrir con agua.
Añadir el apio, las zanahorias y los pimientos y cocinar a fuego medio hasta que se empiecen a reblandecer. Incorporar el tomate y todas las especias y aromas, removiendo bien unos minutos. Añadir la soja escurrida, las alubias y un poco del agua reservada, mezclando con suavidad.
Llevar a ebullición, bajar el fuego, tapar y dejar cocer a fuego lento entre una hora y dos horas más. Remover de vez en cuando, añadiendo más agua si fuera necesario.
Con qué acompañar el chili vegetariano
Lo mejor es dejar reposar unos minutos esta receta de chili vegetariano para que se asienten los aromas, o incluso podemos prepararlo horas antes para que gane en sabor. Acompañado de arroz blanco conseguiremos un plato nutricionalmente muy completo, y sobre todo, delicioso. Si os gusta el picante, no os cortéis a la hora de añadirle chile o un poco más de cayena.
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