La tortilla de guisantes vegana es una receta que preparo a menudo, especialmente para la hora de la cena, ya que combina la sencillez, pocos ingredientes y un excelente perfil nutricional. La fórmula de huevo y patata de la tortilla, funciona como un lienzo que permite añadir los guisantes, o casi cualquier ingrediente que tengamos a mano, facilitando la improvisación y el aprovechamiento de sobras.
Para quienes son nuevos en la cocina vegana, la mezcla de harina de garbanzos y agua hace una mezcla cuasi mágica, creando una masa que, al cocinarse, imita la suavidad y la ligereza de una tortilla tradicional. Para realzar el sabor y replicar las notas salinas y umami, recomiendo incorporar un toque de cúrcuma para el color y un poco de sal negra del Himalaya (kala namak), que aporta un característico aroma sulfuroso similar al del huevo.
A diferencia de las tortillas de huevo, que requieren precisión con el cuajado, esta versión vegana simplifica el proceso: solo hay que batir la harina de garbanzos con agua y las especias, mezclar con los guisantes, patatas y cebolla y verter en la sartén hasta que esté dorada y firme. Este método es infalible y, al no requerir cocciones previas complejas, se traduce en una cena lista en tan solo 35 minutos.
Es posible añadir casi cualquier vegetal que quieras para personalizarla: espinacas, zanahoria rallada, pimientos asados, setas salteadas e incluso trozos de tofu para una tortilla con una textura más densa. Una de las mejores guarniciones es una ensalada verde mixta con una vinagreta simple de limón y aceite de oliva virgen extra para un contraste refrescante. Otra opción será optar por un cuenco de tomates cherry asados a las hierbas provenzales y un toque de ajo o unas verduras asadas al horno.
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