El jengibre o zingiber officinale es una planta perenne de la familia de las zingiveráceas, de la que se utiliza su rizoma como medicina, y como condimento alimentario en diferentes culturas.
Desde los orígenes de la cultura china hay constancia de su uso para, entre otras cosas, alargar la vida de sus consumidores, que solían introducir en su boca un trozo de raíz y chuparlo, como si de un caramelo se tratara, durante todo el día. Aún hoy existe la creencia de que el consumo habitual de este rizoma potencia la longevidad así como la sexualidad de sus consumidores habituales.
Además el jengibre, gracias a sus componentes ( ácido alfalinolénico, linoleico entre otros, aceites esenciales como el limonero, aminoácidos como la niacina el triptófano o la tirosina y minerales como el fósforo el silicio o el zinc), tiene propiedades medicinales tan interesantes como actuar como antivomitivo natural.
Esta propiedad del jengibre lo convierte en un ingrediente muy valioso en las dietas de enfermos de cáncer con tratamientos de quimioterapia, así como embarazadas (solo en los primeros meses y bajo control médico). Muy útil para no marearse en los viajes, basta con chupar durante el trayecto un trozo de raíz, quién sabe, tal vez, además de no marearnos estamos ganando años de vida con este gesto.
El jengibre por su poder antibacteriano es un fiel aliado en la prevención de las úlceras, además tiene la capacidad de neutralizar el exceso de jugos gástricos, este poder antibacteriano permite aumentar la riqueza de la flora intestinal, ya que es capaz de eliminar bacterias indeseables como la causante de diarréas Escherichia colli.
Y esto no es todo, el jengibre ayuda a prevenir ataques cardíacos, los problemas circulatorios, atenúa los síntomas gripales, desinflama la congestión en sinusitis, así como en catarros, gracias a su poder antiviral, antiinflamatorio y analgésico.
Ya veis, el jengibre nos hace longevos, evita que nos resfriemos con facilidad, protege nuestro estómago, potencia nuestra sexualidad, nos alivia y repone de la fatiga, etc.
Su uso en la cocina va desde tomarlo en los zumos de frutas, rallado en ensaladas, como condimento en platos de carne, pescado y postres, en jarabe para la tos e infinidad de maneras más.
¿Os animáis a incluirlo en vuestra dieta?, yo llevo años con él y, no sé si seré longeva llegado el momento, pero no suelo resfriarme con facilidad.
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