Enclavado en plena Sierra Norte de Madrid, Bustarviejo despliega sus encantos entre cerros, dehesas, antiguos caminos trashumantes y multitud de manantiales naturales. Con un origen que se remonta a la Alta Edad Media, aunque con yacimientos que datan del Paleolítico, este pequeño pero riquísimo municipio tiene multitud de encantos propios para enamorar al visitante que busque escapar de las masificaciones urbanas, más aún en Navidad.
Situado a 1.222 metros de altitud sobre formaciones de granito y rodeado de cerros, bosques, prados y cumbres montañosas, Bustarviejo conserva el gran valor paisajístico y medioambiental de un entorno natural que ha marcado profundamente su historia y la vida de sus vecinos.
Fundado oficialmente tras la conquista de Toledo en el siglo XI y como consecuencia de la expansión de la ganadería medieval, el pueblo se situó pronto como un punto clave entre las numerosas vías pecuarias por donde transitaba y pastaba el ganado, siendo testigo de aquella época la importante Cañada Real Segoviana que aún hoy cruza el pueblo por su calle principal.
De Bustarviejo hay que destacar las aguas torrenciales que bañan el paisaje y la propia localidad, manifestadas en forma de numerosos manantiales y fuentes que utilizaba el ganado y que hoy se pueden encontrar repartidas por todo el municipio, destacando la Fuente Nueva de 1794 y la popular Fuente del Collado, en plena naturaleza.
Dentro del pueblo y en sus alrededores son numerosos los edificios y monumentos históricos que nos acercan a la historia y la vida del pueblo, como la icónica Casa Consistorial, seña de identidad de la villa, con una doble arcada en su facha principal abierta a la Plaza de la Constitución, o la bonita iglesia de la Purísima Concepción, que conserva restos del primitivo templo románico.
Además, los alrededores del pueblo ofrecen rutas y numerosas actividad al aire libre para disfrutar de la naturaleza y la vida tradicional serrana todo el año, pudiendo visitarse el yacimiento arqueológico de Los Barracones que alojó a presos políticos de la Guerra Civil, o la Torre de la Mina, declarada Bien de Interés Cultural y testigo de la antigua actividad minera de la zona.
En el apartado gastronómico merece la pena conocer y probar los quesos artesanos de cabra de la quesería La Caperuza, que además realiza talleres, las mieles de la sierra norte y sus actividades apícolas o la cerveza artesana Bailandera, con la opción de realizar una visita y cata de sus productos.
Los días de Navidad son ideales para hacer una escapada desde Madrid, Segovia o cualquier punto cercano a la Sierra Norte, especialmente para pasar una jornada en familia y más si se tienen niños. Además del mercadillo navideño en el centro del pueblo, Bustarviejo acoge las casas de Papá Noel y de los Reyes Magos, donde se realizan numerosas actividades y talleres para todas las edades.
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Fotos | Julio de Mateo García - Bustarviejo
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