Disfrutar de un día en plena naturaleza en uno de parques naturales más bellos de Asturias es siempre un buen plan, pero la cosa mejora si además te espera una buena comida después. En el pueblo asturiano de Soto de Agues, además, puedes coronar tu aventura capturando con tus propias manos al protagonista del menú. Con una caña, si somos más exactos.
Es lo que proponen en el merendero Molino del Alba, un local sin más pretensiones que ofrecer un espacio familiar con amplia terraza donde dar de comer bien y a buen precio, con una carta limitada pero bien centrada en los productos locales de la zona. Y la trucha es la reina absoluta de la función, tan frescas como que se crían directamente junto al propio merendero, en las aguas del río Alba que forman un estanque lleno de encanto.
El nombre del establecimiento procede de lo que fue la construcción original, el molino comunal del pueblo. Lo cruzan los canales por los que la corriente del río movían las ruedas harineras, y que hoy se han reconvertido en una especie de piscifactoría rústica o estanque donde las truchas nadan con lozanía hasta que pican el anzuelo de los clientes.
Se trata de truchas arcoíris traídas desde Veneros, la puerta del parque de Redes donde se encuadra el merendero y el propio pueblo. Conseguir la captura no es difícil aunque, lógicamente, obliga a dedicar cierto tiempo, según la suerte y pericia del improvisado pescador, pudiendo capturar el número de ejemplares que cada cliente o grupo desee. Habrá que elegir en función del número de comensales y el tamaño de los peces, ya que el precio final va por peso -rondando los 19 euros por kilo-, y, si son truchas pequeñas, conviene pescar más de una por persona.
Una vez con la captura deseada, se encargan en la cocina del merendero a prepararla, con la propietaria Asunción Díaz González 'Sunny' al frente del negocio familiar y también de los fogones. La limpian bien y la cocinan frita en su punto perfecto de cocción, jugosa por dentro, ligera y crujiente por fuera, rellenas con lonchas finas de beicon.
La oferta gastronómica se completa con entrantes típicos sencillos, destacando los embutidos artesanos, el chorizo a la sidra y el pastel de cabracho, pudiendo acompañarse el pescado con ensalada de la casa o unas patatas panaderas. Según la época, también cocinan fabada y carnes por encargo para eventos especiales. Por supuesto, también los postres son caseros y no faltan el arroz con leche, el flan y diversas tartas hechas en el día.
Es un plan perfecto para familias con niños o cualquiera que quiera disfrutar de un día disfrutando al máximo de la naturaleza asturiana, pues, además de visitar el encantador y típico pueblo de Soto de Agues, el Molino se enclava en plena Ruta del Alba, una de las más populares del Parque Natural de Redes por la belleza de sus paisajes y por discurrir junto a las aguas del río. Ojo, solo abren de mayo hasta finales de verano, cuando el tiempo acompaña.
Imágenes | Molino del Alba - @wallacelandia - Google Maps