Apenas están censados noventa habitantes en Robledillo de Gata, un diminuto pueblo que se encajona entre bosques de robles y castañares en el norte de Cáceres. Allí, en el corazón de la Sierra de Gata, Robledillo parece haberse detenido en el tiempo hace varios siglos.
Incorporado a la lista de Los Pueblos más Bonitos de España, Robledillo de Gata tiene el encanto de una localidad casi incólume, donde el paso del tiempo parece no haber hecho mella en sus construcciones ni en su fisonomía. Un lujo que se convierte en la más cotizada escapada rural durante el otoño, especialmente en noviembre.
Guarnecido de castañares a ambos lados del pueblo, pero también de una densa floresta de robles y pinos, la panorámica que se domina de esta tranquilísima localidad en las faldas de la Sierra de Gata es una estampa otoñal que merece vivirse en primera persona.
Junto a ella, el interior del pueblo, salpicado de casas de adobe y vigas de madera, tal y como se estilaban en la zona durante cientos de años y que hoy son el testigo arquitectónico y mudo de cómo apenas ha cambiado el pueblo.
Qué hacer y qué ver en Robledillo de Gata
Fieles a la construcción local, la mayor parte de los edificios son representantes de esas balconadas corridas y secaderos, en estructuras de madera, mientras que en buena parte de la construcción se jalona la mampostería de pizarra con el propio adobe, ofreciendo un contraste cromático entre los grises y negros de la primera con los tonos ocres de la segunda.
Bien dotado de algunos alojamientos rurales, Robledillo de Gata es un pueblo en el que el turismo ha ido reemplazando paulatinamente a nivel económico a las actividades agropecuarias tradicionales. Sin embargo, sigue dotado de ese alma rural y hortícola, del que dan testimonio la presencia de numerosas huertas privadas en las propias calles del pueblo.
Siendo la arquitectura popular el principal baluarte turístico de Robledillo de Gata, no menos relevante es acercarse a la Iglesia de Nuestra señora de la Asunción, en el corazón del pueblo, datada del siglo XVI y, aun desde su sencillez, impresiona con una espadaña muy elevada.
Además, Robledillo también ofrece ciertas alternativas culturales como la visita al Museo del Aceite (ubicado en una antigua almazara del siglo XII), una actividad fundamental en toda la Sierra de Gata (recordemos que el aceite de oliva de la zona cuenta con denominación de origen) y que es un buen plan etnográfico para conocer cómo era la zona en tiempos pasados y su vinculación con la olivicultura.
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En ese mismo perfil, lo gastronómico refuerza Robledillo de Gata con una cocina típicamente extremeña en la que el cordero lleva la voz cantante, pero también platos de otoño e invierno como la ensalada de limón, muy parecida al limón serrano salmantino, y a la abundante presencia de castañas. Motivo que hace que buena parte del pueblo desprenda ese aroma de castañas asadas y de estufas durante buena parte de noviembre.
Imágenes | iStock
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