Probamos en Valencia el mejor ‘esmorzar’ del año: uno de los mejores bocadillos que me he comido en la vida

Probamos en Valencia el mejor ‘esmorzar’ del año: uno de los mejores bocadillos que me he comido en la vida
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Aunque el esmorzaret, el tradicional almuerzo valenciano, sigue siendo un fenómeno eminentemente local, cada vez es más conocido en el resto de España. Y no es para menos.

El almuerzo valenciano sorprende por su contundencia. No todo el mundo es capaz de cascarse entre las 10 y las 12 de la mañana un enorme bocadillo acompañado de aceitunas, salazones y cacahuetes. Pero la cosa no pasaría del folclore si no fuera porque los bares valencianos despachan algunos de los mejores bocatas del mundo. Una burra de la que, después de almorzar en bastantes bares, ya no me bajo.

Desde hace ocho años, los esmorzaret tienen incluso un premio, con cada vez más seguimiento en la Comunidad Valenciana: el Cacau d’Or.

Hay varios “cacahuetes de oro”, por provincias y honoríficos, pero el más reputado es el Cacau d’Or Especial, patrocinado por la cervecera Amstel, que en la última edición recayó en la cafetería Pitti, situada junto a La Marina de Valencia capital.

Su bocadillo fue el protagonista del acto con el que el Ayuntamiento de Valencia y la propia Amstel promovieron durante las Fallas la declaración del 16 de marzo como el Día Oficial del Esmorzà. Allí estaban el alcalde y la fallera mayor disfrutando de un bocata que bien merece un día oficial y lo que haga falta.

Alba Alba Grancha Bordanova con su increíble bocata.

La receta del mejor bocata del esmorzar

Hablamos con Alba Grancha Bordanova, la creadora de un bocata que ha sido todo un éxito de ventas: desde que ganara el premio el bar Pitti puede despachar fácilmente hasta 100 bocadillos en las tres horas que dura el tiempo de los almuerzos, que en su bar se sirven de 9 a 12.

¿Y qué lleva? Paté de campaña y beicon a la plancha, lechuga, mayonesa, cebolla pochada, huevo fritos y queso havarti fundido.

–Buscábamos un típico chivito valenciano”–, explica Grancha.

–¿Pero eso no era uruguayo?–, pregunto.

–Pues mira, sí, pero se puso de moda en Valencia porque vino un chico aquí a y dijo en un bar, “yo quiero un chivito” y le dijeron, “no sé lo que es, pero yo voy a intentar hacerlo”–, explica Grancha. –“Voy a abrir la nevera y lo que vea que se parezca lo echo”. Y este es el chivito valenciano–.

Faleras La plana mayor de las fallas estuvo presente en el almuerzo.

La clave del bocata está en el pate de campaña, de Castellón, que al pasar por la plancha se queda con una textura crujiente, muy similar a la que se ha puesto de moda ahora con las smash burger.

Una delicia, apta para todos los bolsillos. Y es que lo bueno del esmorzaret valenciano es que, aunque han subido los precios, sigue siendo muy barato: no es difícil encontrar almuerzos completos por 5 euros que incluyen cerveza, cacahuetes, olivas, bocata y cremaet, el famoso carajillo típico del asunto.

El almuerzo ganador cuesta un poco más. “Actualmente lo tenemos más elevado de precio que el almuerzo normal, a 8,59”, explica Grancha. Eso sí, te vas comido. Y si te queda hambre, puedes probar otras de las especialidades del local, como el bocadillo de lagrimas de pollo, guacamole y queso cheddar. “Ese también está triunfando mucho”, concluye Grancha.

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