El restaurante junto a un río que tienes que conocer en plena Sierra de Cádiz: “Lo tenemos todo, naturaleza, tranquilidad y buena materia prima”

En el corazón verde de la Sierra de Cádiz, concretamente en Benamahoma, pedanía de Grazalema, se encuentra La Tasquita del Majaceite, un pequeño refugio gastronómico que ha convertido los productos serranos y las carnes de caza en su seña de identidad. Al frente están los hermanos Rocío y Antonio López Galafate, dos apasionados de la cocina y las tradiciones de su tierra.

Antes de establecerse en su propio local, los López Galafate recorrieron buena parte del país —e incluso el extranjero— llevando su gastronomía por ferias y eventos. La pandemia cambió el rumbo de su historia: alquilaron un pequeño restaurante en la calle La Venta, que con el tiempo pasó a ser suyo. Hoy, ese proyecto nómada tiene raíces firmes junto al río Majaceite, cuyas aguas acompañan con su murmullo las comidas en la terraza.

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El río Majaceite corre bajo la terraza de La Tasquita. Foto: Salva Moreno

«Somos de Benamahoma de toda la vida”, afirma Antonio con orgullo, recordando que, pese a haber vivido en Gran Canaria y Ronda, siempre regresaban a su pueblo cuando querían descansar. «Aquí lo tenemos todo: naturaleza, tranquilidad y buena materia prima». No en vano, se presenta con humor como ‘el capitán de los Moros y Cristianos’, símbolo de su arraigo local.

En los fogones, Rocío coordina un equipo que convierte las ideas de su hermano en platos concretos. «A él le gusta imaginar las recetas; yo me encargo de darles forma. Luego el público decide si se quedan en carta o no». Ese espíritu de ensayo y evolución define la propuesta de La Tasquita del Majaceite, una cocina tradicional con alma creativa y un respeto absoluto por los productos de la sierra.

Uno de los entrantes de La Tasquita del Majaceite. Foto: Salva Moreno

Entre sus especialidades destacan las carnes de caza: venado, jabalí o ciervo aparecen en elaboraciones tan variadas como un cachopo de venado, una lasaña con verduras y queso gratinado o la premiada hamburguesa La Furtiva, elaborada con carne de jabalí y reconocida en el certamen Saborea Andalucía. También sorprenden con propuestas menos convencionales, como unos ñoquis caseros con salsa de trucha, recuperando un pez que antaño habitaba el Majaceite, o una pata de jabalí con fideos chinos, soja y piña, reflejo del gusto de Antonio por fusionar lo local con sabores internacionales.

Paraíso para los celíacos

Otro de los grandes valores del restaurante es su compromiso con las personas celíacas. Toda la carta puede disfrutarse sin gluten gracias al uso de harinas alternativas y freidoras independientes. «Mi pareja es celíaca, y comprobar lo difícil que era comer fuera me hizo querer cambiar eso», confiesa Antonio. Solo varían algunas recetas, como las croquetas, que en la versión sin gluten se preparan con queso y trufa.

La carta combina platos contundentes y recetas más ligeras: carrillada ibérica, jabalí en salsa, venado estofado, solomillo con queso Pajarete, o elaboraciones al horno como la pata trinchada de jabalí. No faltan propuestas frescas como ensaladas, pimientos asados con atún, aguacate con cebolla crujiente, y clásicos serranos como el salmorejo con jamón y huevo o las papas arrugás con mojo picón. Además, los fuera de carta ofrecen siempre nuevas sorpresas, desde un tomate con atún de almadraba hasta unos originales nachos con carne de venado.

Plato de jabalí trinchado. Foto: Salva Moreno

Los hermanos López Galafate también participan con frecuencia en concursos gastronómicos, donde su creatividad y el uso de carnes de caza les han permitido hacerse un hueco: han sido finalistas en certámenes nacionales de cachopos y tacos, y siguen mostrando con orgullo los sabores de la Sierra de Cádiz. «Competir es secundario; lo importante es dar visibilidad a los productos de nuestra tierra», aseguran.

Comer en La Tasquita del Majaceite es disfrutar de una experiencia que combina naturaleza, autenticidad y sabor. Con el rumor del río de fondo y la hospitalidad de sus dueños, el visitante comprende por qué este rincón de Benamahoma se ha convertido en una parada imprescindible para los amantes de la buena mesa a un precio muy asequible. Las raciones habituales son mayores que las que aparecen en estas fotos.