Este fin de semana pasado, aprovechando el calor y el buen tiempo, he visitado una de las zonas de Andalucía con mejores playas y paisajes, combinación perfecta de marismas, bosques de pino mediterráneo, dunas y acantilados. Llegando en coche desde Málaga, una vez pasada La Línea y Algeciras, disfrutamos las mejores vistas del Estrecho de Gibraltar, que en días claros permite ver las montañas del norte de Marruecos. En Zahara de los Atunes y Barbate puedes pasar unos días inolvidables.
Vamos en busca de uno de los lugares donde se capturan algunos de los mejores atunes, que de mayo a junio han pasado para su desove en las aguas más cálidas del Mediterráneo, el llamado “atún de derecho”, que dicen es el de mayor calidad, ya que viene del Atlántico bien alimentado y rico en grasa.
Una vez pasada la cosmopolita Tarifa, paraíso de surferos de todo el mundo, llegamos a Zahara de los Atunes, pequeño pueblecito de pescadores que ha crecido en torno al Castillo de las Almadrabas, y donde se ha realizado este arte de pesca desde tiempos de los árabes, que dieron el nombre de al-mazraba (almadraba en español actual) a un gran cerco tejido con redes, a orillas del mar, sujetos con anclas y estacas, donde los pescadores conducen a los atunes en las épocas de marzo a junio, cuando entran al Mediterráneo (atún de derecho), o en octubre, cuando vuelven al Atlántico, tras el desove (atún del revés).
En Zahara hay muy buenas playas, de aguas muy claras, pero si queremos podemos acercarnos a las de Bolonia, a pocos minutos en coche, donde además se pueden visitar las interesantes ruinas del asentamiento romano de Baelo-Claudia, con su fabrica de salazones (garum romano) y su teatro en buen estado de conservación. Ya de vuelta en Zahara, puedes cenar en alguno de los innumerables restaurantes de pescado, hay uno en cada esquina.
El mejor, y muy barato, Bar Paquiqui, en calle Manuel Mora 15, donde recomiendo las croquetas de choco (sepia), lobito en salsa (marrajo, un tipo de tiburón guisado) o el atún encebollado. Si hay, no puedes dejar de probar el morrillo de atún a la plancha, una autentica delicatessen. Para regarlo, nada mejor que un “chiclanita”, una manzanilla muy suave, de barril, servida muy fría en su catavinos.
En otras entregas os hablaré de Barbate, de sus playas, restaurantes, y del Cabo de Trafalgar. También he visitado una interesante tienda-museo del atún en Barbate. Dejo para el final un comentario sobre el restaurante El Campero.
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