En el post de esta semana he pensado que a pesar de que aún haga fresquito en muchos lugares de España nunca es mal momento para tomarse un buen vino rosado acompañando un aperitivo, o degustando una buena comida o cena. Nada mejor para "refrescar" esos momentos que lanzarse a degüello a por una botella de Cortijo Los Aguilares Rosado 2012, un singular vino de la D.O. Sierras de Málaga, Denominación de Origen que está creciendo en cantidad y en calidad en los últimos años.
Se trata de un vino elaborado a partir de un coupage de uvas Tempranillo y Petit Verdot que ha sido fermentado a baja temperatura y que ha realizado la maloláctica en depósito de acero inoxidable sin tocar la barrica de madera en ningún momento.
Catando el Cortijo Los Aguilares Rosado 2012
Empezaré diciendo que este rosado rondeño es un vino muy bonito de ver. Su color, entre el rosáceo y el anaranjado, invita a su degustación.
En la nariz vamos a sentir la preponderancia de las frutas rojas, tales como fresas y frutos del bosque, pero también vamos a percibir notas de sandía y de melón, así como de bollería, y de frutos con hueso.
En la boca nos recuerda a los caramelos de fresa y nata de nuestra niñez, aunque principalmente sentimos la fresa ácida y un pronunciado matiz salino y cítrico. Todo lo que la fase olfativa anunciaba, un vino cargado de fruta, se transforma en la fase gustativa en astringencia cítrica y sequedad con bastante presencia alcohólica, pero todos los aspectos muy bien integrados y equilibrados gracias a su frescura y acidez. Es largo y sabroso; un rosado con mucha clase.
A la hora de combinarlo con algún plato, recomendamos, como no podía ser de otra manera, degustarlo junto a una buena fritura de pescado al estilo del sur de Andalucía.
La bodega Cortijo de los Aguilares no ha cumplido aún los quince años de vida y ya es una de las punteras de la D.O. Sierras de Málaga. Se ubica en el término municipal de Ronda y tiene como bandera la viticultura sin herbicidas ni pesticidas, así como el buen trabajo de su enóloga, Bibiana García, a la que felicito por ser la principal responsable del "tesoro rojo" que hoy os he presentado.
Aunque resulte paradójico, no descubrí este vino en mi continuo deambular por la provincia de Málaga, sino un día en el que por casualidad me lo recomendó un tendero malagueño en Barcelona. A estas alturas de la película ya deberíamos saber que las casualidades no existen.
Pequeña semblanza histórica de los vinos de Málaga
En esta preciosa zona geográfica de nuestro variado y rico país (al menos en cultura, biodiversidad, naturaleza, y buenas gentes) se viene elaborando vino desde la época en la que los fenicios llegaron a la costa malagueña, allá por el siglo VIII a.C. Posteriormente, griegos y romanos aportaron a los lugareños su sapiencia a la hora de cultivar la vid y de crear vinos.
Tanto fue el empeño puesto por los antiguos malagueños que en el primer cuarto del siglo XIII consiguieron que su vino fuera considerado el "Cardenal de los vinos" al vencer en la conocida "Batalla de los Vinos" a lo más granado de los caldos franceses y europeos en un concurso auspiciado por el rey de Francia, Felipe Augusto. Es posible que este fuera el principio del "enamoramiento" que por todo lo español tienen nuestros queridos vecinos del norte.
Pero no solo en Francia triunfaron estos vinos. A finales del siglo XVIII se convirtieron en los preferidos de la emperatriz de todas las Rusias, Catalina II, que como buena alemana debía darle buen ritmo al descorche de botellas de vino en palacio.
No dejemos que como casi siempre tengan que venir de fuera a decirnos lo bien que hacemos las cosas los españoles y lancémonos a descubrir este gran vino rosado andaluz.
Salud, y a catar.
Cortijo Los Aguilares Rosado 2012
Vino rosado Añada 2012 Coupage de uvas Tempranillo y Petit Verdot Bodega Cortijo Los Aguilares. Ronda. Málaga. D.O. Sierras de Málaga 14% Volumen alcohólico PVP aproximado: algo menos de 10 euros.
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